LA LEY MONSANTO Y AMATITLAN (la fuerza de las alianzas)
Miguel Ángel Sandoval
Hace apenas seis meses, luego de una amplia e inusitada movilización de opinión y de calle, la ley Monsanto fue derogada. Contra todo pronóstico, una ley que atentaba de manera directa contra los vegetales criollos terminó su ciclo antes de lo que cantaba un gallo. Ello por una fuerte corriente de opinión que nos llevó a ver en sesión extraordinaria, un congreso virtualmente tomado por organizaciones sociales y en medio de disculpas insólitas, los diputados corrigieron su monumental error.
Hoy, un proyecto descabellado, sin ningún nivel de rigor científico, importado de Israel con la connivencia de la embajada de ese país, así como con un conjunto de anomalías, es suspendido sine die por la vicepresidenta. Esto producto de una especie de sacudimiento nacional de las últimas semanas. Las críticas y observaciones de corte científico rindieron fruto. El proyecto de la agüita mágica es pues engavetado.
En los dos casos asistimos a hechos que merecerían ser reflexionados: las medidas de gobierno no son absolutas, infalibles, ni nada por el estilo, pero sobre todo se pueden revertir. Esto quedó demostrado con la derogatoria de la ley Monsanto y ahora por la suspensión del proyecto de limpiar el lago, en una muestra absoluta de falta de seriedad y rigor.
El otro tema, que es el que me interesa, es que en los dos casos se logró una victoria política que no tiene un solo padre o madre, ni solo una idea de origen. Se trata en los dos casos de fuerzas múltiples que coinciden en el tiempo y en un tema puntual. Ello merece festejarse. Ese es el valor de las alianzas, de los procesos unitarios, de los t temas comunes que se proyectan de forma articulada.
Ojala que las organizaciones de izquierda y otras organizaciones sociales, sepan valorar este fenómeno que se expresa en dos momentos luminosos de nuestro país, que revela que la sociedad guatemalteca está viva, que lucha a sabiendas de lo difícil que es hacerlo, pero que cuando se decide lo hace. Y lo que es necesario remarcar, es que lo hace con esa sabiduría popular que le asigna a los esfuerzos compartidos un valor insuperable. Aprendamos.
Publicado el 30 marzo, 2015 en Guatemala. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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