Archivos Mensuales: febrero 2015

SITUACION EN BARILLAS EN CALMA

Por: Radio Snuq Jolom Konob´

Pobladores de Santa Cruz Barilllas están concentrados el día de hoy en el parque central de esa villa para manifestar sobre la detención de tres líderes Comunitarios de este municipio en la ciudad de Huehuetenango el día de ayer 26 de febrero quienes son: Arturo Pablo, Sotero Villatoro y Francisco Juan, acusados por delito de plagio y secuestro, instigación a delinquir, manifestaciones ilícitas y otros por parte de la Empresa Hidro Santa Cruz que opera en esa región, cuando su único fin de ellos es defender sus derechos del territorio.

Aunque algunas oficinas públicas, el mercado municipal, bancos y otras entidades se encuentran cerradas para resguardar seguridad por cualquier incidente. Todo está en perfecta calma hasta este momento.

Según indicó uno de los comunitarios que dentro de la cárcel están cobrando diez mil quetzales de talacha a uno de los detenidos y esto implica peligro e inseguridad. Una de las preocupaciones de la población, es la garantía de los derechos humanos de estos lideres, que está en riesgo. Por eso piden a las autoridades de Deechos Humanos nacionales e internacionales tomar en cuenta garantizar este derecho a los detenidos.

Barillas: Don Chico Palás es un ser humano que sabe que la madre tierra se respeta y se defiende

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Fotografía: album familiar

​Cesia Juárez – Grupo de Mujeres Yalmotx, Barillas

 «Él no es un criminal, él no ha cometido esos delitos por los que se le acusa, él no es un terrorista, él es un ser humano que sabe que la madre tierra se respeta y se defiende.»

 Huehuetenango, 26 de febrero 2015

«Sin ninguna pena y vergüenza confirmo la aprehensión de mi señor padre junto a dos líderes de Barillas… como es de conocimiento local, nacional e internacional; estamos siendo criminalizados y judicializados por empresas extractivas transaccionales.

Estamos defendiendo NUESTROS derechos y nuestro territorio.»

El licenciado y dirigente comunitario Arturo Pablo, los comerciantes Adalberto Villatoro Hernández y Francisco Juan conocido como «don Chico Palas», fueron detenidos en el juzgado de Huehuetenango cuando se presentaron voluntariamente a una de las audiencias en relación a denuncias en su contra, los tres estan acusados dentro de la Causa penal 139-2013, ellos están procesados por los delitos de “detenciones ilegales, amenazas, instigación a delinquir, reuniones y manifestaciones ilicitas”; dichas acusaciónes responden a los intereses de la empresa española Ecoener Hidralia Energía S.A. conocida en Barillas como Hidro Santa Cruz.

Mi padre es campesino y agricultor, también es comerciante, tiene 73 años de edad, nació en Jolom Konob´, en la década de los 40. Actualmente es vecino de Barillas, Huehuetenango; está casado con doña Guadalupe, es padre de seis hijos, todos mayores de edad y tiene 13 nietos.

El creció en Santa Eulalia, en donde estudió los seis grados de primaria; después de ir a la escuela, mi abuelo, don Palás Xunik lo mandaba a pastorear sus ovejas y a darles de comer a los cerdos, durante su infancia el ayudó a mi abuelo ya que él era comerciante y todos los fines de semana llegaban a Barillas a vender sus productos, pero para poder llegar hasta Barillas, ellos tenían que caminar varios días, ya que no había carretera ni medios de transporte.

En Barillas conoció a mi mamá de quien se enamoró y luego se casaron y formaron la familia que hoy somos. Mi padre se avecindó en Barillas, por lo tanto es legalmente Barillense desde hace más de 50 años, vivimos en el corazón del municipio, actualmente es comerciante y tiene un pequeño negocio el cual atiende personalmente.

La gente lo conoce por el liderazgo que ha tenido, fue locutor de una radio evangélica y pastor de varias iglesias de Barillas y de otros municipios como: San Sebastián Coatán, San Miguel Acatán, Santa Eulalia, Soloma, San Juan Ixcoy. Además fue parte de la corporación municipal, ha estado involucrado en los procesos electorales, es un hombre con conciencia social, un hombre enamorado de su pueblo, de su gente, siempre está dispuesto a ayudar.

Mi padre ha sido criminalizado, se le acusa de varios delitos, plagio o secuestro, instigación a delinquir, coacción y amenazas, participación en reuniones o manifestaciones ilícitas; esto lo ha hecho una empresa transnacional, una empresa que ha venido a dividir al municipio y a familias enteras; la criminalización forma parte de una estrategia encaminada a acallar cualquier protesta en contra de las actividades extractivas de las transnacionales.

Pareciera que el próximo acusado puede ser cualquiera de nosotros, basta con elevar nuestra voz en contra de la irracionalidad de la economía global. Hay mucha persecución política y jurídica a líderes comunitarios defensores de la naturaleza y la vida, hay una excesiva violación de derechos. Creo que mi padre se ha hecho experto en leyes y procedimiento penal y no es raro, cuando una sola persona enfrenta más de un delito. Mi padre al igual que otros señores están dentro de un proceso legal, en el que la acusación pareciera no estar ejercida directamente por una transnacional o una persona abiertamente relacionada con ésta, sino por personal pagado para dar falso testimonio y acusarlos de delitos que no cometieron.

Él no es un criminal, él no ha cometido esos delitos por los que se le acusa, él no es un terrorista, él es un ser humano que sabe que la madre tierra se respeta y se defiende.

Para conocer más sobre el caso de criminalización de don Chico Palás:

https://comunitariapress.wordpress.com/2014/10/10/barillas-defensores-del-agua-en-audiencia-de-vista-publica-en-la-corte-de-constitucionalidad/

 

 

45 mil personas desaparecidas: Día de la dignificación de las víctimas del Conflicto Armado Interno

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Por Alfonso Porres

Para no olvidar esta historia de infamia y a estas miles de personas que aún no vuelven a casa, varias organizaciones y personas realizaron varias acciones por la memoria y la dignidad.

Las actividades que se realizaron fueron varias, entre ellas una misa en la Catedral Metropolitana, después se hizo una marcha hacia que llegó hasta el Congreso de la República pues piden que se aprueba una iniciativa de ley 35-90 que crearía la Comisión Nacional de búsqueda de quienes desaparecieron forzosamente durante los años del conflicto armado.

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Guatemala: La utopía del “movimiento” maya sin los movimientos revolucionarios

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Por Ollantay Itzamná

Cuando la noche ya anunciaba su triunfo sobre ocaso, en el centro de la ciudad de Guatemala, me encontré, por casualidad, con dos compas cuyos nombres no recuerdo. Pero sí, los vi en otras oportunidades en medio de indígenas y campesinos, en el interior del país. Ambos venían después de tapar (bloquear) caminos en el Oriente del país, junto a los miles de indígenas y campesinos que protestaron tapando caminos en 22 puntos diferentes en  todo el territorio nacional.

A uno de ellos su vestido lo delataba como un ex combatiente guerrillero. Pantalón comando verde olivo, gorra revolucionaria y mochila de campo en la espalda. Y efectivamente, en el café, con toda naturalidad, hizo referencia a su pasado guerrillero entre los indígenas q’echís.

Sentí satisfacción especial de estrecharles la mano, y beber un café, con ellos dos. De los pocos ex combatientes que sienten orgullo de su vocación guerrillera pasada, y, ahora, con la misma pasión y mística le apuestan a las acciones colectivas de los movimientos sociales. Con una perspectiva política ideológica medianamente clara y realista.

Me impactó el encuentro porque yo venía saliendo de una reunión con “representantes” indígenas del Cauca, Colombia, y algunos dirigentes indígenas mayas de Guatemala, y en mis tímpanos aún resonaba los slogans reiterados por algunos de los participantes: “Las guerrillas nos utilizaron”. “Las guerrillas no nos aportaron nada en nuestros procesos organizativos”. “Los indígenas mayas somos insurgentes desde hace más de 500 años atrás”. “Los mayas vamos a hacer la verdadera revolución”. “Los mestizos son traidores”… Chauvinismo innecesario que lejos de construir, destruye.

Con seguridad que la gran mayoría de los comandantes guerrilleros fueron machistas, racistas, clasistas y especistas. Eran marxistas. Los indígenas, sin necesidad de haber sido configurados en el marxismo, somos machistas y clasistas, mucho más si ascendemos socioeconómicamente. Ni hablar si contamos con algún título universitario.

Los actuales movimientos indígenas y campesinos más beligerantes de Guatemala, nos guste o no, en buena medida, son el legado de las organizaciones guerrilleras. No sólo porque nacieron como extensión ideológica y social de algunos grupos guerrilleros, sino porque muchos de las y los activistas/dirigentes actuales de dichos movimientos son excombatientes guerrilleros. Por ejemplo, el Comité de Desarrollo Campesino (CODECA) tiene entre sus activistas/integrantes a varios ex combatientes de varios grupos guerrilleros (desperdigados con la firma de los Acuerdos de Paz), junto a indígenas y campesinos. Incluso algunos ex integrantes de las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC) y ex soldados del Ejército.

No es verdad que los pueblos mayas tengamos una trayectoria guerrillera de más larga data que los marxistas mestizos en el país. Si esto fuera cierto, los indígenas hace rato hubiésemos construido hegemonía política, y seríamos gobierno en el país. Nuestros abuelos mayas, durante la Colonia, nunca se levantaron contra el poder central, mucho menos contra la Metrópoli. Los motines “indios” fueron siempre en contra de patrones locales. Por eso carecemos tanto de una acumulación histórica de fuerza sociopolítica indígena de alcance nacional. En Los Andes, las historias indígenas fueron diferentes.

Si las organizaciones indígenas seguimos revictimizándonos como traicionados o utilizados incluso por las mismas izquierdas, metal y espiritualmente jamás nos decolonizaremos. Seguiremos siendo objetos de caridad de la ayuda externa. Por tanto, jamás transitaremos del folclorismo cultural a la autoconciencia política. Seguiremos tullidos, sin posibilidad de hacer florecer y compartir los legados culturales, espirituales y políticos que nuestros ancestros/as nos heredaron. No somos mejores, ni peores sólo por el hecho de ser genéticamente indígenas.

Los procesos revolucionarios, guerrilleros o no, aportaron lo necesario para el actual despertar creativo de nuestros pueblos. Que las circunstancias históricas, y nuestras configuraciones mentales, no nos permitieron convertir nuestra mayoría demográfica en hegemonía político militar incluso dentro de los mismos grupos guerrilleros, es otro asunto. Yo no puedo imaginar el actual proceso de cambio boliviano sin el aporte de la izquierda clase mediera, incluso ex guerrillera, que corporiza el Vicepresidente, Álvaro García Linera y otros.

Quienes de buena fe impulsamos procesos de cambios trascendentales desde las comunidades y las regiones con perspectiva nacional, debemos reconocer nuestra condición de subalternidad compartida con quienes no son indígenas, y apostar entre todos/as a construir procesos de liberación integral para la humanidad y para la Madre Tierra. Si creemos que sólo por tener facciones indígenas somos más genuinos o mejores que los demás, no somos más que ingenuos agentes reproductores del sistema contra el cual supuestamente luchamos.

Guzmán Böckler y las ciencias sociales

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Por Marisol Garcés

La conferencia con el Dr. Carlos Guzmán Böckler, en la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos de Guatemala – USAC-, que lo vio formarse como estudiante, como dirigente estudiantil y crecer como abogado e historiador, fue una experiencia impactante. Con un salón lleno de gente joven, nos habló como una persona comprometida con las ciencias sociales, con  la historia de su país y con la justicia.

Fue como hacer un viaje por la historia de Guatemala. Nos habló de la Colonia, no sólo como época histórica, sino de la que llevamos dentro; la que se ha construido sobre el mestizaje doloroso fundado en la violación y el estupro de los conquistadores sobre el cuerpo de las mujeres indígenas. Esa colonialidad que marcó la vida de las poblaciones indígenas sometiéndolas a la explotación y la barbarie, llegando a la muerte y el genocidio; que nos dejó la idea que «cuando es más clara la piel se es más importante», o que «hay personas que tienen más calidad que otras», que ha profundizado expresiones de racismo y desprecio  profundo que se reproducen en el imaginario cotidiano de la población: no seas tonto… pareces indio.

Esta colonia que permanece, que se incrusta, que se recrea; que nos ha heredado una ideología que plantea que la diferenciación y segregación son hechos dados, que son así, que no se cuestionan; que traspasa además otras ideologías no importando si se es marxista o anticomunista, el racismo persiste. Bajo esta lógica, se acepta como algo natural todas las enormes injusticias que se han dado en el país, porque se justifican sobre la base de que hay poblaciones que valen menos, que son “menos personas”, que son “menos ciudadanos”.

Desde los sectores poderosos, subsiste la ideología colonial de ejercer el rol de ser “ladrones sin destino”; donde los bienes nacionales son el botín a despojar, donde no existe proyecto de nación, sino sólo intereses personales. Estas élites que gobernaron y gobiernan, funcionan bajo el pensamiento colonial de la explotación económica a muerte y del racismo profundo, ya que son elementos constituyentes para la defensa de sus intereses.

Esas ansias de poder, que se remontan a las que traían los conquistadores y colonizadores, se expresan hoy en día en la forma en que señalan a las poblaciones indígenas que defienden sus territorios, que en la colonia eran tratadas como infieles que estaban en manos del demonio, y hoy son llamados terroristas, con la intención de quitarles su calidad de personas con derechos.

Guzmán Böckler, señaló el desafío crucial para este momento que vivimos, que al igual que el momento de conmoción de los años 60 y 70 que le tocó experimentar, requiere de cientistas sociales que tomen posición frente a la realidad, que se comprometan con las transformaciones que este país necesita, que trabajen para erradicar el racismo y la discriminación, para terminar con la colonialidad que nos hace ser una sociedad enferma de injusticia y desigualdad.