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Empalabrando al mundo, Poncho y el mes de abril
Fotografías de Nelton Rivera.
«Como un reconocimiento a su decisión de empalabrar al mundo para hacerlo más habitable se los presento a todos ustedes.» Marco Antonio Flores.*
Poesía de Alfonso Porres.
1
tropieza ante sí
se le caen los años
las pocas frases aprensivas
delinea el desequilibrio
decorando la mirada con sociegos
quiebra paso a paso el día
quiebra poco a poco el paso
para no repetir rutinas
que se enrosquen a su hiel
en su intento
cae pálido de nociones
austero de latidos
sin mucho que besar con los dedos
sin nada que amarrar con el respiro
y su sien
se pega a la noche
y exhala crucifijos.
2
En la esquina
viven los desconocidos
vuelan los no nombrados
En las puntas del calvario
se cobijan con tatuajes
que no recuerdan mares
algunos tienen sangre triste
otros la perdieron.
3
es que bambolea
que rima laberintos
se quedó sin sonidos
se mudo de cóleras
negro ante la ausencia
transparente ante el silencio
ese tiene tantas horas muertas
que casi dormido no abre los pasos
y sin ninguna palabra
lleva quejas antiguas
tantas
que son su reflejo.
- Publicacion Abrapalabra, No. 19 año 1995 revista literaria URL. Marco Antonio Flores realizó durante 3 años un taller de poesía, desde 1993 esta es la presentación del trabajo de quienes duraron esos tres años, de todos Alnfonso Porres fue uno de ellos.
Alfonso Porres, ayer y hoy

Fotografía de Sergio Valdés
Por: Sergio Valdés Pedroni.
Un acontecimiento dramático e imprevisto como la muerte de Alfonso Porres (antropólogo, cineasta y activista crítico, un hombre coherente y bondadoso, con infinidad de virtudes y defectos necesarios), produce una ruptura en la ciudad -«nuestra ciudad», como decía él- una crisis quizás. Y la necesidad de hacer un balance crítico, para que la vida -nuestra vida- no sea un depósito de ausencias. Una celebración del vacío, la arrogancia o la estupidez. Una caricatura nostálgica e inútil de las grandes derrotas y pequeñas victorias de nuestra generación.
Ayer hace una semana, acudí a Casa Roja y preparé un desayuno, con frijoles colorados, tocino, huevos, queso y manzanas. «Está muy bueno -me dijo- venite más seguido en la mañana». Y así comimos, riendo ambos con la boca llena. Hoy hace una semana, volví por segundo día consecutivo para avanzar en un nuevo proyecto de cortometraje documental, que grabamos juntos el 28 de marzo pasado. Además de las cosas del cine, quedamos en rehacer la hortaliza de cajas que tenía en la terraza, junto a su pequeña habitación. Fue la última vez que hablamos, aunque el jueves 14, poco antes de la crisis que lo condujo a la muerte, leí aquí en Facebook un texto suyo, que me puso los pelos de punta:
«Hoy velamos a Raúl, es nefasto tener que velar, cada día, una persona a quien por motivos de violencia muere, no quiero hacer una descripción de Raúl suficiente para quienes lo conocimos, si el hubiera querido hacer de su vida publica, seguramente todos lo hubiéramos enterado. No obstante el hecho es que esta muerto, dicen dentro del enorme mar de incertidumbres, que lo encontraron tirado en lugar baldío, dicen que con dos golpes en la cabeza, dicen que desapareció desde el jueves, dicen que no llegó a una cita, dicen que lo encontraron el sábado, y que su cadáver estaba descompuesto, dicen que costó reconocerlo, dicen que su hermana, se enteró hoy , dicen que tenían tres hermanos y una madre, dicen que no estaba metido en nada (como si estar metido en algo fuera una excusa para que lo asesinaran) dicen, todos dicen y ya Raúl esta muerto».
Esto le escribí a Poncho en aquel momento -y esto repito ahora para mi propia rabia-:
«Dicen que el peso de sentir es equivalente al peso de la rabia, la indignación y el repudio. Y que es preferible cargar con todo ello, para no hacer de la existencia un océano ajeno e inalcanzable. Para no morir estando vivos. Te dejo un abrazo».
(Stills sobre planos de Eduardo Spiegler, inicio del rodaje de Elogio del cine, 1 de mayo de 2012. ).
PONCHO VIVE

Prensa Comunitaria Km 169
Rebeldía, Solidaridad, fraternidad, comunitarismo, lealtad, una Casa Roja Común, un ser individual y colectivo a la vez, eso era Poncho.
La Iniciativa La Comuna con dolor y serenidad sabe que PONCHO VIVE, que su legado trascenderá en cada uno de nosotros, en cada una de nosotras, que estará presente por siempre, en los movimientos ciudadanos y populares que luchan por el derecho a la ciudad y Otra Guatemala Ya Cuando veas una Luciernga brillar en el atardecer de la plaza recuerda el mensaje que Poncho nos legó te extrañaremos Iniciativa La Comuna