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Finalizó fase de acto conclusivo por desaparición forzada contra militares de Cobán
Por: Nelton Rivera.
En el Tribunal de Mayor Riesgo A en la ciudad de Guatemala, la etapa del proceso en contra de 10 altos mandos del ejército concluyo, la fase de Audiencia de Acto Conclusivo luego de varias audiencias concluyo el día viernes 26 de mayo 2016. Ahora la juez Claudette Domínguez deberá analizar si existen los suficientes indicios legales para ordenar que 10 algos mandos del ejército guatemalteco vayan a un juicio oral y público por los delitos de lesa humanidad: desaparición forzada y deberes contra la humanidad cometidos en la zona militar 21 en la ciudad de Cobán Alta Verapaz durante la década de los años 80.
La asociación de víctimas del conflicto armado interno de Cobán, la asociación de afectados de Chicoyoguito de Cobán, el Grupo de Apoyo Mutuo GAM y La Asociación de Familiares de Detenidos Desparecidos de Guatemala, esperan la próxima audiencia el día martes 7 de junio 2016 para que la juzgadora emita su sentencia y que los 10 oficiales vayan a juicio.
A 23 años del serranazo

Fotografía de Rony Véliz.
Rony Véliz es un periodista y fotógrafo guatemalteco que documentó uno de los capítulos antidemocrátocos de la historia de este país, uno de los tantos golpes y auto golpes de Estado que acostumbraron a dar los militares junto a las élites económicas y políticas, esta es una mirada de cómo se vivió el golpe de estado de Serrano Elias y de como el pueblo guatemalteco respondió para revertirlo.
Fue electo como presidente de la república de Guatemala en 1991, en el poder político del Estado duro hasta 1993, durante 7 días duro su gobierno de facto a través de un auto golpe de Estado, del 25 de mayo al 1 de junio de 1993.
«Una jornada histórica contra el aprendiz de dictador Jorge Serrano Elías. El 25 de Mayo de 1993. Rigoberta Menchú Premio Nobel de la PAZ 1992, jugó un papel importante en este acontecimiento junto a la sociedad civil especialmente los periodistas que salimos a la calle a exigir libertad de prensa e información por la censura que impuso la secretaria de comunicación social Roxana Baldetti Elias. (Fotos Rony Véliz, Agencia Reuters).
El momento en que el pueblo sacó a Serrano de Casa Presidencial y a los reporteros que estuvimos allí nos saco la madre (insultar)…..jajajaa pero tampoco nos dejamos. Me tocó esa cobertura del Autogolpe con la Agencia Británica de Noticias REUTER.»
Militares detenidos por violaciones a derechos humanos durante la guerra
Por: Quimy De León
Miércoles 6 de enero de 2016. La fiscalía de derechos humanos del Ministerio Público detuvo esta mañana a 13 militares por desaparición forzada y deberes contra la humanidad, cometidos por los militares entre los años 1981 y 1988, luego de realizar varios allanamientos realizados en la ciudad capital y en el departamento de Alta Verapaz por ordenes emitidas por el Juzgado de Mayor Riesgo A.
Ellos son Benedicto Lucas García jefe del Estado Mayor General del Ejército durante el período 1978 a 1982 siendo su hermano presidente el general Fernando Romeo Lucas García; Manuel Antonio Callejas Callejas fue director de la Sección de Inteligencia del ejército – G-2 durante el mismo período; Francisco Luis Gordillo Martínez quien fue parte de los militares que dieron el golpe de Estado en 1982 junto a al general Efraín Ríos Montt.
Hay otros diez militares detenidos, ellos son: Ismael Segura Abularach, Pablo Roberto Saucedo Mérida, César Augusto Ruiz Morales, Juan Ovalle Salazar, José Antonio Vásquez, Gustavo Alonzo Rosales García, Hugo Ramiro Zaldaña Rojas, Carlos Humberto Rodríguez López, Edilberto Letona Linares y Edgar Rolando Hernández Méndez.
Cuando Benedicto Lucas García fue jefe del Estado Mayor según diversas fuentes se diseñó una estrategia contrainsurgente que llegó hasta el genocidio arrasando comunidades indígenas mayas completas en distintos lugares del país. Sobre la desaparición el informe de la Comisión del Esclarecimiento Histórico -CEH- registró:
“Con el estallido del enfrentamiento armado interno en 1962, Guatemala entró en una etapa sumamente trágica y devastadora de su historia, de enormes costos en términos humanos, materiales, institucionales y morales. En su labor de documentación de las violaciones de los derechos humanos y hechos de violencia vinculados al enfrentamiento armado, la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH) registró un total de 42.275 víctimas (…). Combinando estos datos con otros estudios realizados sobre la violencia política en Guatemala, la CEH estima que el saldo de muertos y desaparecidos del enfrentamiento fratricida llegó a más de doscientas mil personas”[1]
Manuel Callejas y Callejas fue jefe parte del grupo de militares de línea dura conocidos como “los estratégicos“ que “enmarcaba el conflicto dentro de una polarización total (cien por ciento) de la población, estás con nosotros o contra nosotros”. [2] Fue también jefe de la agencia de Aduanas y parte de La Cofradía que era un grupo de militares “asociados con la delincuencia común y la corrupción administrativa en el período de la dictadura militar de Lucas García,” de julio de 1978 a marzo de 1982.
En el informe del REMHI “Guatemala Nunca Más” se registraron más de un millón de personas desplazadas internamente por la violencia del Estado a partir de la década de los años 80s, 400 mil personas exiliadas en México, Belice, Honduras, Costa Rica o EEUU, 45 mil refugiados legalmente en México, 150 mil refugiados de forma ilegal, además de unos 200 mil ilegalmente en EEUU, 20 mil personas en las Comunidades de Población en Resistencia CPR y otras 20 mil más viviendo en las montañas y selvas.
Datos desgarradores que se suman a los 250 mil asesinados en distintos planes de tierra arrasada, esta fue una política de exterminio étnico de todas aquellas comunidades o poblaciones que el ejército simplemente considero como grupos insurgentes, además el informe también hacen una aproximación de 45 mil detenidos desaparecidos.
Además la CEH hace un abordaje sobre los niveles de instauración de una cultura del terror de la mano de la política contrainsurgente del Estado sobre la población:
“Además de la represión y el exilio, la debilidad y fragmentación de las organizaciones sociales se deben en buena medida a la conjunción de diversos mecanismos activados por el Estado para destruirlas. (…) El terror no se redujo a los hechos violentos o a las operaciones militares; dependía además de otros mecanismos conexos como la impunidad de los ejecutores, las extensas campañas para criminalizar a las víctimas y la implicación forzada de la población civil en la cadena casual y la ejecución efectiva de atrocidades”.[3]
Estas detenciones suponen para Guatemala y la disputa por la memoria un hito importante que significa un paso más para el esclarecimiento de la verdad histórica y las posibilidades de la justicia, varias décadas después para miles de víctimas de la guerra, del genocidio y otros delitos cometidos por las fuerzas de seguridad del Estado y por un grupo de familias que sustentaron el poder económico en Guatemala.
[1] CIDH. caso No. 12.590, José Miguel Gudiel Álvarez y otros (“Diario Militar”) respecto del Estado de Guatemala. 18 de febrero 2011.
[2] Susan C. Peacock y Adriana Beltrán “Grupos ilegales armados en la Guatemala post conflicto y las fuerzas detrás de ellos“. Wola
[3] El contexto del conflicto armado. GUATEMALA: MEMORIA DEL SILENCIO.
Informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH). Ciudad de Guatemala, febrero de 1999.
Consideraciones en torno a Guatemala: ¿Hubo genocidio? de David Stoll
Por Sergio Palencia[1]
5 de diciembre 2013
Consideraciones en torno a
Guatemala: ¿Hubo genocidio? de David Stoll
«Guatemala es el tipo de país que tiende a ser ignorado a menos de que suba a escena con un drama moral.»
David Stoll (2013: 17), en Guatemala ¿hubo genocidio?
Recientemente el antropólogo David Stoll publicó un artículo donde se preguntaba ¿hubo genocidio en Guatemala? En ciudad de Guatemala comenzó a circular desde la revista “Contrapoder”, en versión traducida por la periodista Claudia Méndez Arriaza. En el blog de Stoll se podía descargar la versión en inglés con fecha del 31 de octubre y otra del 21 de noviembre 2013. En dicho artículo el antropólogo estadounidense cotejaba su experiencia en Nebaj durante 1982 y 1983 con una breve serie de entrevistas que realizó en julio 2013. Le interesaba conocer las distintas opiniones de los nebajenses sobre el polémico juicio por genocidio contra el general Efraín Ríos Montt. Para esto Stoll realizaría un análisis histórico de la violencia contrainsurgente en el área ixil con el fin de, posteriormente, cotejarla con los testimonios durante el juicio.
Los años 2012 y 2013 han sido un parteaguas en la historia de Guatemala. Por un lado el 4 de octubre 2012 el ejército disparó contra manfiestantes k’iche’s de Totonicapán, matando a 6 personas e hiriendo al doble. Por otro, el 10 de mayo 2013 se condenaba por genocidio al general Efraín Ríos Montt. Esto en el marco de un creciente conflicto social entre comunidades y el proyecto estatal-capitalista de imposición de hidroeléctricas, minería y agroproducción. El artículo escrito por David Stoll se enmarca dentro de esta lucha por la interpretación de la historia particular de Guatemala. El presente en lucha disputado demanda una explicación a la guerra del pasado, sea en la demanda del olvido (CACIF y Pérez Molina) o en su estudio, por el que muchos abogamos.
Las siguientes consideraciones quieren plantear puntos respecto la interpretación social e histórica de David Stoll. No es la primera vez que, personalmente, abordo una crítica a los argumentos del autor. En 2010 y 2011 leí varios libros relacionados con la guerra en Guatemala, enfocándome en los escritos por Yvon Le Bot y David Stoll. De este segundo publiqué dos artículos, los cuales se citan al final de este escrito. Este tercer escrito no tenía contemplado realizarlo. Fue a raíz de la publicación de su Guatemala ¿hubo genocidio? (noviembre 2013) que decidí elaborarlo. Me interesa recordar cuál ha sido su interpretación particular de la historia de la guerra, cotejándola con las continuidades que muestra en su reciente escrito. Así también, entender cómo Stoll utiliza ahora los testimonios ixiles del juicio por genocidio en lo que, considero, es la continuidad de su argumento original de 1993: una guerra entre dos ejércitos y una población en medio. Finalmente, veremos cómo la interpretación de Stoll entra en consonancia con los intereses de militares implicados en masacres, así como de la elite capitalista-finquera que se benefició de la barbárica campaña contrainsurgente de 1981 a 1983.
Lea y descargue el documento completo aquí:
[1] Sociólogo guatemalteco