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San Marcos: autoridades ancestrales exigen libertad de diez presos políticos

Asamblea de Pueblos Te Txe Chman
Por: Nelton Rivera.
La Asamblea de Pueblos Te Txe Chman y las autoridades ancestrales Maya Mam de San Marcos realizaron una conferencia de prensa durante la mañana de este jueves 4 de agosto 2016, a los medios de comunicación locales y medios comunitarios denunciaron el contexto de criminalización y represión que se vive en las comunidades desde el año 2008, cuando en distintos municipios de San Marcos se comenzó a conocer de la presencia de intereses del capital extractivista, en este caso minería e hidroeléctricas.
La representación de los pueblos maya Mam, Sipakapense, K’iché y mestizo denunció como empresas con capitales locales o extranjeros están dañando la paz y tranquilidad de las comunidades.
Empresas como HidroSalá, El Porvenir, Tres Ríos y Proyecto Negro que buscan imponer una serie de hidroeléctricas y presas de forma violenta y legal, sin la consulta previa a las comunidades, a pesar que en el territorio de San Marcos.
En ese contexto de conflictividad instalado por las empresas, la Asamblea de Pueblos denunció como el aparato de justicia del Estado judicializó a diez autoridades comunitarias, entre estas a doña María Maribel Díaz Gómez la segunda mujer en prisión política desde la firma de los Acuerdos de Paz.
Al mismo tiempo demandaron al Estado la inmediata libertad de las diez autoridades comunitarias de San Pablo, San Marcos, municipio en donde la violencia de las empresas es elevada.
Heriberto Evelio Santos López, Nery Edilmar Santos López, Simeón Mauricio Guzmán, Marco Tulio Pérez Pablo, María Maribel Díaz Gómez, Bruno Emilio Solís Pérez, Fausto Sánchez Robledo, Alfonso Chilel Hernández, Florencio Ramírez Rodríguez y Plutarco Irineo Clemente Pérez.
Pero unas horas después de la conferencia de prensa don Óscar Sánchez autoridad ancestral Maya Mam de San Marcos fue detenido de forma arbitraria por agentes de la Policía Nacional Civil. Ahora se eleva la cantidad de presos políticos de San Marcos en defensa del territorio.
Esta detención arbitraria de otra autoridad ancestral maya en Guatemala se realiza a escasos 13 días de la sentencia histórica del Tribunal de Sentencia de Mayor Riesgo A presidido por la juez Yassmin Barrios en el que se reconoce el papel de las autoridades ancestrales en la mediación y representación legitima de los pueblos originarios, la defensa de la tierra y bienes naturales.
Comunicado de las autoridades ancestrales:
San Marcos: “soy autoridad ancestral y aquí nos agarran como que somos animales”

Fotografía de Norma Sancir.
Por: Nelton Rivera y Norma Sancir.
Las palabras de Don Oscar Sánchez, autoridad ancestral maya Mam detenido arbitrariamente esta mañana mientras las comunidades y pueblos Mam, Sipakapense, K’iché y mestizo de San Marcos se movilizaron para demandar la libertad de 10 #PresosPoliticos del Estado, en esa convocatoria se encontraba don Oscar Sánchez cuando bajo engaños se le condujo hacia la Comisaría de la Policía Nacional Civil PNC, Don Oscar se convierte hoy en el onceavo preso político en defensa del territorio del departamento de San Marcos.
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«Creo que ese es el delito, por defender el derecho de los pueblos o sea para mis hijos, porque mis hijos vienen, son chiquitos. De todas maneras creo que ese es el delito, no hay otra cosa.
Defiendo el territorio, yo lo que estoy defendiendo es mi casa y mi terreno, no estoy en contra de otra cosa.
No tengo conocimiento del porqué de la detención, yo soy inocente de cualquier delito, hoy solamente me pidieron mi DPI, yo declare cual es mi cargo, dije porque es que estoy aquí, porque ando aquí, estoy aquí porque soy Autoridad Ancestral del pueblo maya Mam, únicamente.
Sobre si estoy en contra de una hidroeléctrica no soy solo yo, es toda la población, todos en general, todo esto está de acuerdo a las actas, de acuerdo a las consultas que tienen los pueblos, no solo yo lo estoy haciendo. Porque yo estoy nombrado a través de un acuerdo en donde se tomaron en cuenta todas estas cuestiones.
Yo no estoy ofendiendo a nadie, estoy porque este es mi derecho a defender mi casa, mi terreno, mi pueblo, eso es lo único.
Soy inocente, no sé leer, ni anda, pero entiendo porque mi trabajo es legítimo indígena, cuando me detuvieron no me dijeron nada, ni me mostraron nada, solo me dijeron vamos a la jefatura a hacer un mandado y ahora me di cuenta que me vinieron a dejar a la policía.
No me presentaron ningún documento, yo solo les presente mi vara da autoridad ancestral, les hable de autoridad a autoridad y ellos tienen que defender mis derecho, no me han dado nada, ni dicho nada ni me han mostrado ningún documento en donde diga el porqué de la detención.
Porque si hubiera existido algo, yo tengo casa, tengo la casa de las autoridades comunitarias, ahí debió de haber llegado cualquier citación ahí, de haber sido así estaría de acuerdo, pero aquí nos agarran como a animales, yo tengo derechos, soy una persona, un ser humano. Estoy defendiendo mi identidad, al prójimo, tengo mis valores y mis costumbres porque yo soy legítima autoridad indígena.»
Cómo varió el escenario y las formas de lucha, pero el problema de fondo sigue sin resolverse
Por: Andrea Ixchíu Hernández.
Durante estos días de audiencia en el juicio que se realiza contra 7 autoridades comunitarias de Santa Cruz Barillas y Santa Eulalia, del departamento de Huehuetenango, escuchar a los testigos y peritos motiva una serie de sentimientos y reflexiones respecto del uso del sistema de justicia oficial para desmovilizar la organización comunitaria y la resistencia a la imposición de proyectos extractivos.
Y es que desde el establecimiento de las formas de propiedad de la tierra, desde que la propiedad privada se convirtió en la figura legal que amparó la concentración de la riqueza en pocas manos, producto de eso que Karl Marx denominó la acumulación originaria, y que los pueblos indígenas y originarios llamamos el primer despojo, hemos sido violenta y sistemáticamente privados de nuestros medios de vida. Hoy han cambiado las formas, pero el modelo de despojo sigue siendo el mismo, la acumulación de riqueza en pocas cuentas de banco a costa de la desposesión de los medios de vida más básicos de la mayoría de la población.
Desde el idioma, la espiritualidad, la relación con la tierra y la naturaleza, todas nuestras formas de vida y organización social se ven agredidas por este sistema colonial que no desaparece. Uno que en el nombre de la legalidad ha justificado hasta el genocidio.
Sin embargo, los pueblos resistimos la embestida, luchamos por conservar las riquezas de nuestra cultura a través de los siglos, las mujeres y los tejidos, los ajq’ijab y nuestro tiempo, los agricultores y las semillas, las autoridades y nuestro sistema de justicia, por nombrar algunas de ellas. Pero también nosotros hemos aprendido el idioma del colono, el castellano, el alemán y el inglés, sus leyes y normas para así poder comunicarnos con el poder dominante. Aunque cabe mencionar que en esa batalla muchos son seducidos por ese poder y se olvidan de su origen y lo desprecian.
Pero es comprensible, si nos dijeron por siglos que debíamos pensar como blancos para ser civilizados, que debíamos ser ciudadanos y despojarnos de nuestras formas de vida tan atrasadas, que debíamos creer en Dios para tener un alma. Y así lo trataron de hacer los abuelos y abuelas, aprendieron esas formas, pero a escondidas hacían la ceremonias en los cerros, hablaban su idioma y mantenían sus formas de organización, que se conservan hasta el día de hoy, pero que se han adaptado a los cambios políticos y sociales de nuestra era, al igual que nosotros los indígenas, que somos los de siempre, pero nunca los mismos.
Aprendimos a convivir y resistir al Estado, que fue impuesto a nuestro pueblo por una minoría. Sus leyes y normas han justificado ayer y hoy el encierro o asesinato de nuestras autoridades y el despojo de los territorios, ahora para regalarlos a empresas extractivas que producen destrucción.
Sin embargo, ante tanto desastre creado por el Estado y el modelo económico neo-liberal que protege, aún hay quienes con lujo de ignorancia nos siguen llamando “indios brutos”, desprecian nuestra ciencia y con su sistema educativo solo quieren borrar nuestra cultura. Ah, pero luego aparece la NASA usando el calendario creado por nuestros abuelos para hacer viajes espaciales, las compañías farmacéuticas patentan nuestras semillas y hierbas para hacer medicinas que luego no podemos comprar y las diseñadoras usan nuestros textiles para vender caros ropajes fuera de nuestros territorios sin reconocer nuestro trabajo.
Pero si defendemos nuestros derechos nos dicen que no podemos cambiar las cosas, que organizarnos es delito, que resistir cuesta la vida y la libertad, que lo hecho, hecho esta y que por lo tanto nos toca olvidar todo el pasado de dolor y seguir adelante. ¿Pero, con qué? Si no tenemos tierra, si las fuentes de agua están contaminadas, si aunque ganemos amparos en las Cortes de Justicia no se respetan nuestros derechos, si el sistema de justicia monta juicios falsos como en la colonia, para encarcelar a nuestras autoridades.
Cuando los pueblos proponemos alternativas de vida nos dicen radicales y locos. Pero algo es seguro, si ser loco y radical es defender el derecho a la vida, pues eso somos. Y aunque el escenario sea distinto y nuestras formas de lucha cambien, el problema de nosotros los pueblos sigue siendo el mismo de hace siglos. El racismo y todos sus hijos…