Archivo del sitio
Monólogo de amor por Guatemala
Por Roberto Guillermo Medina Barrientos.
Caían las palabras como gotas de agua sobre un tejado, mojando cada espacio con sus partículas cristalinas. Repetía los verbos como sonrisas de patojo cuando se le hacen cosquillas. Los adjetivos inquietos con su dedo gramatical, poniendo acentos sobre sustantivos que pasaban del estoicismo al escándalo, ruborizándoles como manzanas en canasta de mercado.
Una conversación que jugaba a desnudar los pensamientos, transpirando emociones, que se dejaban caer convertidas en letras a través del resbaladero de la lengua.
Una mano nerviosa botaba la ceniza de un cigarrillo, que desprendía humo como locomotora entre los rieles digitales que lo sostenían. Anudando los silencios, repetía el dolor que no cabía entre la piel. Otra vez su pueblo repetía los errores acumulados en cada uno de los calendarios, que en algún momento colgaron de un clavo sumergido en las paredes de su habitación, ¡Cómo era posible que luego de permanecer por semanas, meses, manifestando su descontento ante la corrupción, coloreaba de pasado el futuro próximo de su país!, acaso las consignas ciudadanas eran efímeros partos de conciencia que fueron abortados en la premura del trabajo de parto electoral.
Y es que el recorrido de la historia matizado con sangre, dolor y discriminación, pareciera nunca haber sido escrito. La memoria histórica salida de chistera de mago desaparecía entre la nada, los tiempos de muerte y barbarie evaporándose entre el charco miope de la dignidad ciudadana.
El viento de octubre del año 2015 navegaba por sus pupilas, mientras las ráfagas de libertad y sueños de genuina democracia corría por su sangre, que aún permanecía despierta, imaginando a verdaderos estadistas que habían, al igual que muchos otros buenos guatemaltecos, intentado escribir el manual para construir un mejor país, incluyente, solidario, primaveralmente progresista, socialmente armónico, que sería a futuro la plataforma en la cual las oportunidades de vida despegarían hacia el cielo de la consumación de los sueños.
Seguía con su monólogo de conflictos, rascando su cabeza con la mano izquierda, revolviendo el cabello; y cerraba los ojos mientras un suspiro soltado en etapas lo hacía inhalar la soledad que en ese momento era su interlocutora, su confidente de los malos presagios que visualizaba para ese pedazo de tierra que había aprendido amar, por medio de la gente que diariamente encontraba la razón más poderosa para dejar hasta su propia vida, por tener un mañana con un sol de dignidad partiendo el horizonte de cada uno de sus amaneceres.
Recordaba nombres que habían mencionado sus mayores, que había leído en libros, que a través de la tradición de mantener vivo nuestro caminar por los tiempos, era un coro de pueblo cantando una oda de sentimiento patrio, Jacobo Arbenz, Juan José Arévalo, Alberto Fuentes, Oliverio Castañeda, Mario López, Alfonso Bauer, Manuel Colom, María Chinchilla, Juan Gerardi, Otto René Castillo, Roberto Obregón, Miguel Angel Asturias, Luis de Lión, Rogelia Cruz y tantos más, que podría escribirse un poema de amor hacia Guatemala con cada uno de los anhelos que palpitaron en sus corazones.
Por momentos sus ojos se humedecían, acumulaban frustraciones que se aglutinaban en gotas salinas que se deslizaban por sus mejillas abrazándose unas con otras, convirtiéndose en llanto. Y es que el ayer de sangre parecía revivir ese pasado vestido de verde con botas, caminando entre los pueblos mayas, erradicando la vida que se inflaba como tortillas entre el calor del comal de barro, provocando un vacío entre las veredas vegetales que extrañaban el caminar pacífico de su gente, oyendo cómo se transformaba en correteos de terror tratando de aferrarse a la vida, que se convertía en charcos de sangre con tierra, carne perforada con plomo, o se transformaba en fiera capturada, sometida y rediseñada para convertirse en fiera asesina de su propia cosmovisión.
Mientras encendía otro cigarrillo, volvía a leer los diarios que se apilaban en su mesa: corrupción, nepotismo, violencia, tranzas, muerte, desnutrición, prostitución, eran las palabras que recogía su vista al caminar por el camino de signos tatuados con tinta, anuncios de colores ofreciendo productos humanos despreciables con fines electoreros, bandas delincuenciales asociadas en partidos políticos, sonrisas cínicas matizando los ojos lujuriosos de poder de los saqueadores de este país, y como noticia de última hora, el triunfo de las viejas estructuras militares como premio de consuelo entre la cesta de basura que conformaban las opciones para dirigir los destinos de esta Guatemala.
Se puso de pie, recogió cada uno de los medios escritos, los llevó a una caja de cartón para desecharlos, caminó hacia la puerta de su casa, abrió, respiró profundo y dejó que sus pasos tomaran rumbo, mientras silbaba una tonada pensaba que un pueblo que deja morir sus sueños por olvidar el pasado, no puede jamás hilvanar su verdadera historia y tan solo vive el hoy, que dejan sus opresores que respire a través de la amnesia que palpita en su generador de conciencia, volviéndose una ausencia epidémica de dignidad.
Un día después de la segunda vuelta electoral, nuestras preocupaciones
Por Prensa Comunitaria
Luego de meses de campaña electoral, la democracia y ejercicio de ciudadanía en Guatemala se redujo al ejercicio del voto y este voto llevó a la presidencia a Jimmy Morales, un actor, comediante, cristiano-protestante, conservador y racista.
En un país con más de 15 millones de habitantes, la única forma legal de elegir representantes y administradores del poder y recursos del país sigue siendo un sistema de partidos políticos de masas, que fomentan la exclusión y el racismo. Para llegar a ser candidato basta con poder pagar el puesto y financiar campañas basadas en discursos vacíos, demagogia y acciones clientelares.
El secuestro del poder colectivo ha sido reflejado este pasado domingo 25 de octubre del 2015, donde dos millones setecientos mil guatemaltecos (2,749,634) han decidido por todo un país y han electo un proyecto político oscuro, disfrazado de mesianismo. Han decidido frente a un 45% de abstencionismo y otro alto porcentaje de votos nulos, que sumados hacen más del 50% de empadronados, en un país donde más de 7 millones de personas pueden votar.
Éste es el resultado de una campaña electoral en la que no se quiso escuchar el clamor de una buen parte de la sociedad que demostró estar harta de este sistema político. Aunque pretendan ocultarlo, quienes ahora ganaron son parte de los que se negaron a cambiar la reglas del juego electoral, pues tenían mucho que perder.
Este proyecto político en el que Jimmy Morales llega al Organismo Ejecutivo está rodeado de viejos militares, muchos vinculados a serias violaciones a Derechos Humanos durante la guerra y a otros políticos oportunistas tránsfugas de diversos partidos, mayoritariamente del Partido Patriota y Líder.
Muchos alcaldes, diputados y empresarios volcaron su apoyo a Jimmy en la Segunda Vuelta Electoral, para preservar el manto de impunidad, para evitar ser perseguidos judicialmente, para lograr licitaciones con el Estado y así evitar ser parte de las investigaciones que iniciaron en los últimos meses el Ministerio Público y la CICIG en contra de la corrupción. Esto deja entrever que habrá continuidad en muchas de las prácticas corruptas de las redes de poder tradicionales.
En materia de Derechos Humanos, preocupa las incontables violaciones de las que han sido víctimas comunidades indígenas y campesinas estos último años, la larga lista sigue sumando líderes comunitarios a las cárceles por defender la vida y el territorio.
No se vislumbra posibilidad de diálogo con el nuevo gobierno, ni para resolver las demandas históricas de la población, que exige tierra, vivienda digna, salud y educación gratuitas y de calidad, menos aún los derechos a las diversidades étnicas, sexuales y de género, ya que durante su campaña electoral Jimmy Morales manifestó su homofobia, machismo y racismo.
Desde Prensa Comunitaria compartimos investigaciones que revelan la complicidad de este sistema electoral junto a complejas estructuras y redes de corrupción, con vínculos tanto con políticos, empresarios, militares y hasta líderes religiosos, que han destrozado a Guatemala. Seguiremos alerta para continuar denunciando cualquier tipo de irregularidades que se den.
Ante este panorama, algo sí ha variado, y es que a las comunidades organizadas indígenas en todo el país se ha sumado una creciente masa crítica, conformada sobre todo por jóvenes de clase media, que están dispuestos a involucrarse más en lo político, en la oposición, en la fiscalización y la denuncia.
Es el tiempo de tejer nuevas alianzas políticas; esta vez entre estas expresiones de organización juvenil y las organizaciones y comunidades que han resistido los embates del neoliberalismo y el extractivismo por décadas, que construyen comunidad, que gestionan para la colectividad y ojalá se pueda construir una manera diferente de hacer política en Guatemala.
Este gobierno ha de saber que tiene una ciudadanía atenta vigilándole. Llegó al poder de forma espúrea y vamos a estar atentos.
PROCESO ELECTORAL Y MOVILIZACION SOCIAL
Por: Miguel Ángel Sandoval.
El resultado del proceso electoral, es una sacudida más en este año que no ha dejado de dar sorpresas, y desde donde se vea, nos dice que es el tiempo de las reformas y los cambios que el país demanda. Sin duda se trata de un resultado contradictorio pues se esperaba un resultado distinto.
Pero fuera de la propuesta política de las expresiones de izquierda, no había posibilidad de resultados diferentes. Todo iba a ser un poco de la misma escuela. Ahora bien, pensar o afirmar que la población se equivocó es parcialmente cierto pero fundamentalmente errado. Pues si algo expresa el resultado de las urnas es el hartazgo a la política tradicional llena de trampas y todas las formas de corrupción, y por ello el resultado es una especie de victoria de la anti política, como expresión de rechazo profundo a la política tradicional.
La gente no se equivocó, en todo caso son los analistas que se equivocan. En esta perspectiva se hace concreto el pensamiento que se recogía desde los primeros días de las movilizaciones sociales cuando se decía, “nuestros sueños no caben sus urnas”. Y ello tiene que ver con un tema bien claro: las elecciones y el movimiento social no son parte de un mismo proceso.
Son procesos diferenciados que solo coyunturalmente coincidieron. Cada uno con su lógica y su dinámica. Las reformas están a la orden del día y ello es parte de la agenda del país que se debe impulsar por todos los medios. No son reformas sencillas. Es la reforma política del Estado, en el plano económico, social y político.
El movimiento social no puede detenerse a reflexionar sobre resultados electorales, pues eso forma parte de las obligaciones de los partidos políticos que fueron rebasados por los resultados en toda la dimensión del término. Lo que le corresponde al movimiento social es exigir las reformas identificadas en las movilizaciones de los últimos meses. Las demandas contenidas en dos temas, #justicia ya! y #reformas ya! son absolutamente actuales, indispensables, y marcan la hoja de ruta del movimiento social, de la sociedad en general y del gobierno electo que debe enseñar u verdadera naturaleza.
Huehuetenango: elecciones presidenciales en Santa Eulalia
Por Radio Snuq’ Jolom Konob’
El ambiente electoral para esta segunda vuelta presidencial en Santa Eulalia, Huehuetenango, está en perfecta calma. Hoy 25 de octubre del año 2015, se marca una jornada más en la historia en la vida democrática del país al elegir a sus autoridades, en una jornada marcada por el abstencionismo y la poca participación ciudadana.
Nuestro equipo de comunicadores, comunicadoras y periodistas comunitarios están en los centros de votación realizando una cobertura especial por las elecciones 2015, a pesar de la censura del alcalde municipal y la corporación municipal de nuestra radio comunitaria desde el 20 de enero en la madrugada, seguimos informando a las comunidades de la nación maya Q’anjob’al.
Estos son unos algunos de los centros de recepción de votos en el área urbana del municipio de Santa Eulalia, que normalmente tienen el mayor numero de votantes; hoy tal parece que los electores se abstuvieron salir a votar y esto es una clara manifestación del desacuerdo de la población hacia el sistema electoral, los partidos políticos y la clase política de éste país, marca un rechazo a los candidatos que están disputando la presidencia.
Aunque muchos de los comunitarios opinan que la ausencia de personas es debido a que ya no hubo transporte financiado por los candidatos locales para movilizar a la gente desde las comunidades hacia los centros de votación como en las elecciones generales pasadas.
Se espera que acudan a votar en horas de la tarde, ya que el clima es favorable, y muchos de los votantes están haciendo sus compras o atendiendo sus negocios por ser día de plaza y mercado. Algo es seguro quede quién quede no fue legitimado por la mayoría de personas de distintos pueblos de éste país.
Nota y fotos de: Radio Snuq’ Jolom Konob’
Votar o no votar, no debiera ser un dilema…
Por: Carlos Ernesto Cano.
El voto o la abstinencia a ese “ejercicio” ciudadano, no debería ser un dilema y quisiera plantear la siguiente interrogante, para poder tener argumentos y decidir en la segunda vuelta de las futuras elecciones en Guatemala o porque no a largo plazo y poder contar con otros caminos y herramientas para la organización y comprender ¿qué significa ser gobernados?, el cual es resultado de la participación ciudadana este domingo 25 de octubre y quisiera que con la siguiente premisa de Pierre Joseph Proudhon, se entendiera de mejor forma que “ser gobernado significa ser observado, inspeccionado, espiado, dirigido, legislado, regulado, inscrito, adoctrinado, sermoneado, controlado, medido, sopesado, censurado e instruido por hombres (personas) que no tienen el derecho, los conocimientos, ni la virtud necesarios para ello. Ser gobernado significa, con motivo de cada operación, transacción o movimiento, ser anotado, registrado, controlado, grabado, sellado, medido, evaluado, sopesado, apuntado, patentado, autorizado, licenciado, aprobado, aumentado, obstaculizado, reformado, reprendido y detenido. Es, con el pretexto del interés general, ser abrumado, disciplinado, puesto en rescate, explotado, monopolizado, extorsionado, oprimido, falseado y desvalijado, para ser luego, al menor movimiento de resistencia, a la menor palabra de protesta: reprimido, multado, objeto de abusos, hostigado, seguido, intimidado a voces, golpeado, desarmado, estrangulado por el garrote, encarcelado, fusilado, juzgado, condenado, deportado, flagelado, vendido, traicionado y por último, sometido a escarnio, ridiculizado, insultado y deshonrado. ¡Eso es el gobierno, esa es su justicia, esa es su moral!”. Y seguiré estas líneas con la siguiente aclaración, no puedo incentivarlos o insinuarles a no votar, o mucho menos decirles que no lo hagan, porque al parecer estaría cometiendo un “delito” electoral y eso, en algún momento me traería consecuencias legales y quizá, me podría convertir en un preso político, la norma en este país para los que contraria al statu quo.
Dada la coyuntura nacional que vivimos en la ciudad y en los departamentos, en donde existió una movilización masiva de personas que decidimos y recién empezamos a construir y reclamar modelos alternativos de vida al impuesto por el poder, el cual, en momentos de crisis como este en el que estamos viviendo, las autoridades y las futuras autoridades responden con engaños, demagogia, cinismo e inmoralidad. Sabemos que las fuerzas represivas del estado y de la oligarquía tienen una política de agresión en contra de las mayorías, por lo que considero que, lo hasta ahora iniciado en las conciencias, en la toma de las plazas y calles, pudo haber sido el inicio para la construcción de una sociedad horizontal, solidaria, autogestora, autogobernada, asamblearia, es decir una sociedad ácrata, libertaria y basada en la anarquía[i].
Algunos sectores “progresistas” y los más conservadores plantearon y enarbolaron el discurso de las reformas estatales, las cuales sólo hicieron pétreo y eterno al actual sistema conservador y es exactamente lo que este domingo 26, legitimaremos, sí, con el voto.
Los abuelos contaban que, durante la dictadura de Jorge Ubico, votar era obligatorio, a punto de fusil llevaban a la gente a las urnas a emitir el sufragio de forma “voluntaria, pacífica y patriota”. No mucho ha cambiado en la historia de esta finca con ínfulas de país. Ahora el votar es cuasi obligatorio y condicionado a cambio de una lámina, una estufa, un vale para una bicicleta o el boleto para asistir a un programa de televisión de humor, mal humor por cierto; además, el voto está siendo más controlado que nunca, es decir el panóptico está instalado en nuestros documentos personales de identificación -DPI- , al tener insertado un chip electrónico, el cual contiene datos sensibles privados y llevará el record de cuántas veces nosotros participamos en la democracia de domingo, democracia burguesa que las élites nos hacen creer que vivimos, en donde nos hacen creer que somos importantes porque elegimos, cuando en realidad como puntualmente y de forma atinada escribe Jared Diamond un historiador, antropólogo, sociólogo y periodista estadounidense, en su libro Gérmenes, armas y acero, esto es una cleptocracia, la cual “es el dominio de los ladrones es el establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo de capital, institucionalizando la corrupción y sus derivados como el nepotismo, el clientelismo político, el peculado, de forma que estas acciones delictivas quedan impunes, debido a que todos los sectores del poder están corruptos, desde la justicia, funcionarios de la ley y todo el sistema político y económico”.
No queremos que el estado solucione nuestras vidas, es más, no queremos que el estado se meta en nuestras vidas y el estado nos ha generado miedo a la organización, nos ha robado la confianza en el otro, nos ha hecho creer que el vecino es el delincuente, cuando los delincuentes de cuello blanco están en las más altas esferas del “poder” ejecutivo, judicial y legislativo. La norma debiesen ser los procesos asamblearios a nivel micro, es decir en los barrios, esto haría que el miedo a la auto organización se vaya dejando atrás, en los últimos años he conocido de cerca los procesos asamblearios que manejan los pueblos indígenas en toma de decisiones y en la construcción permanente de su autogobierno, por ejemplo y sin intención de idealizar, he conocido la forma de vivir y de convivir de los 48 cantones en Totonicapán, al entender y comprender el k´axk´ol, (vocablo k´iche´) algo que se traduciría al castellano como: servicio comunitario, mandar con el ejemplo, servir a la gente y no servirse de la gente.
Por todo la anterior insisto que, en esta sociedad basada en la cleptocracia votar sirve nada más y nada menos que para elegir a nuestros futuros gobernantes, entendido desde la visión de Proudhon y todo esto lleva al hartazgo que la gente mostró en la coyuntura recién vivida en Guatemala, en la cual la gente se organizó, quizá de forma consciente o inconscientemente, y se logró que la primera mujer vicepresidente, varios ministros en este país y el presidente, Otto Pérez Molina, renunciaran antes de que finalizara el mandato “constitucional” para el cual fueron electos, todo esto a partir de la auto organización, del poder y la fuerza que ejerció el pueblo, no porque el CACIF así lo haya dictado. A la gente, al parecer, le gustó la construcción de ciudadanía (¿burguesa?) que se gestó en los meses anteriores. Se demostró que las leyes burguesas sólo sirven para ser doble interpretadas y para mantener el statu quo, las leyes sirven para generar condiciones de vida paupérrimas, miseria, etc.
Por otro lado, los conservadores de pensamiento pregonaron que la coyuntura pasada, sólo generaría un rompimiento del orden constitucional, pero el orden constitucional se violenta desde que las “autoridades” elegidas por medio del voto, no son capaces, no quieren, o no les importa la educación, la salud, la seguridad y entre otras cuestiones elementales para proteger a la ciudadanía y proveer de una vida digna y justa a la mayoría de la población.
Es por todo lo anterior que pienso y expreso que, acá, en esta finca nos sobran leyes y nos sobra gobierno y me pregunto lo siguiente, cómo es posible que ese convenio social, llamado constitución de 1985, sea el ente legal que rige nuestras vidas, si mi generación no lo firmó, yo no decidí, ni fui partícipe en la elaboración de ese marco jurídico que norma mi vida, que norma mi cuerpo, mi conducta y mi biología, al igual que la vida de la mayoría de la población guatemalteca.
Aunque algunos no hayan percibido que la coyuntura pasada fue casi peligrosa para el sistema establecido y que la gente saliera a las calles, luego de años y años de terror institucional o terrorismo de estado, es decir, terror replicado y auspiciado por parte del estado, la familia, las iglesias, la escuela, etc., pienso que sí se sembró la semilla de la organización, aunque sea de forma efímera y espontánea y veo como resultado que en el largo plazo sea posible entonces, que la autogestión, la autoorganización, la solidaridad y el apoyo mutuo sean los ejes fundamentales en una sociedad utópica y ácrata, y sean manifestaciones legítimas y que esto nos insinuó de forma muy tenue que la gente si puede autogobernarse, y todo eso asusta y pone a tambalear a las élites conservadoras de este país, a la iglesia, a la oligarquía y las personas corruptas.
Por último, termino con esta vieja pero popular y actual pinta anónima de calle: “Reformar el estado es como perfumar la mierda…”. Pero le agregaría: ver a la gente en la calle fue esperanzador, se erizó la piel, las lágrimas de alegría brotaron a la superficie y estos sentimientos nos indican que algo acá, casi cambió y algo se movió y esperó que no se haya movido, para que todo siguiera igual.
[i] Doctrina e ideología política que acentúa de manera especial la necesidad de eliminar antes que todo al estado, o sea el dominio de la ley y de la autoridad constituida en todas sus formas, con el objeto de asegurar la máxima libertad al individuo y la posibilidad de desarrollar sus mejores facultades, como la voluntad y la capacidad de cooperar libremente con el prójimo. La anarquía es rebelión a las autoridades más sagradas. Definición tomada del Diccionario de Sociología. Compilador: Luciano Gallino. Siglo XXI Editores, quinta edición en español, México, 2008.