Archivos diarios: 7 junio, 2016

Guatemala en movimientos. Del tremendo trabajo de Prensa Comunitaria

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Julio Serrano Echeverría

 

Tomado de 

Visité este lunes la exposición Guatemala en movimientos, organizada por Prensa Comunitaria en Casa Yaxs. Bien, exposición no es la palabra, me parece haber leído «intervención», que también podría funcionar. Pero a ver, les cuento, Casa Yaxs es un espacio de investigación y gestión cultural además de una residencia artística, dicho esto, la casa tiene espacios para investigar y para vivir, lo que hizo la banda de Prensa Comunitaria fue, literalmente, tomarse la casa y llenarla de una muy particular forma de memoria, de un muy sensible registro de la vida y también, por contraste, del horror de este país. Pero llenar una casa de vida y de horror, es, por deducción poética, llenarla de resistencia y de lucha. Y es que es precisamentente ese el trabajo que Prensa Comunitaria ha venido haciendo los cuatro años que lleva de estar echando punta.

La familia de Prensa Comunitaria está conformada por un muy nutrido número de personas que además de amar a este país hasta la raíz, y sin nacionalismos claro está, luchan desde varios ángulos porque no se termine de ir todo al carajo. En principio y viéndolo por encimita, uno pensaría que es un medio de comunicación, vi por ahí una discusión en Facebook sobre si existe o no el periodismo comunitario, la salida más fácil -a lo navaja de ockam- es, bueno, existe el periodismo y de ahí que exista lo que querramos con esa visión del mundo. Supongo que mis amigos periodistas me mirarían raro si el periodismo es una visión de la realidad, o de lo que acordamos como tal, en fin, me enredo. Pues si existe el trabajo de Prensa Comunitaria y sin duda alguna la comunicación es un elemento fundamental para entender lo que hacen, la experiencia -experiencia creo que es una palabra más justa para lo que sucede en esta casa- está ahí en las paredes, en los muebles, en las camas, en los trinchantes, ahí está la historia reciente dle país registrada en mapas, en objetos, en fotografías, en videos, en textos.

Y es que si algo no nos queda la mejor duda que han hecho esta comunidad de activistas de la información, para llamarlos de alguna manera un tanto rimbombante, pues es precisamente eso, documentar la historia reciente de Guatemala en una forma en que la historiografía pareciera todavía no enterarse, esto es, de abajo hacia arriba, desde las necesidades y desde las luchas de las mayorías, desde las visiones de un país inmenso cuya capital padece de astigmatismo y miopía juntos, lugares en conflicto -y por lo tanto en resistencia e imaginando diversas formas de lucha- quedan registrados en este recorrido por los últimos años de nuestra historia. Testimonios, documentales, reportajes, trabajo comunitario, queda ahí por lo pronto en esas paredes, pero luego seguirá recorriendo otros espacios. La idea es darle nuevos accesos a la documentación que han generado, a las miles de fotos y páginas y datos recopilados, hacer de la comunicación, que fue el elemento aglutinante, una experiencia sensible y por lo tanto reflexiva -sí, sentir te hace pensar, vaya-, esa es la idea, y hacerlo de esa forma coloca a Prensa Comunitaria en una forma muy particular de vanguardia sobre la manera en que entendemos la comunicación en relación a la difusión y análisis de los hechos en el país, pero otra vez vanguardia no es la palabra, dudo muchísimo que el espíritu de esta comunidad de fotógrafos, periodistas, historiadores, activistas, etcétera, busque la lógica esta de la singularización por la innovación que generan las vanguardias, acaso busca la colectividad creativa, que son otros mil pesos, esa creatividad común y diversa no solo para presentar unas visiones de la realidad, sino para afrontarla y cuestionarla desde nuevos viejos espacios. Yo jalo para mi molino y me atrevo a decir por todo lo anterior que acaso Prensa Comunitaria está más cerca del arte que del periodismo, pero ahorrémonos la vuelta ;)

Finalmente tengo que hablar de un gesto muy potente de la experiencia en Guatemala en movimientos, si a manera de trampa creativa, Prensa Comunitaria hubiera publicado todo el material a blanco y negro, digamos todo el material de los conflictos de los megaproyectos hidroeléctricos, extractivos, de ecocidios, de criminalización de las organizaciones y liderazgos comunitarios, de asesinatos, secuestros y desapariciones perpetrados en muchos casos por empresas en contubernio con las fuerzas represivas del estado, si publicaran en blanco y negro las manifestaciones, las marchas, las tantas formas de resistencia que este país ha generado como parte de una tradición -digamos quinientos y pico años- de resistir y luchar, si se publicara en escala de grises todo lo que está ahora llenando de colores esta casa y nadie te dijera qué es lo que estás viendo, seguro pensarías que es la guerra, seguro pensarías que es el final de los setenta y los primeros ochenta, si vieras las piedras manchadas de sangre -gris-, si vieras las casas destruidas, los líderes encarcelados, las familias masacradas, las alianzas privado-estatales represivas, la fuerza de los pueblos, la enjundia de los líderes, la garra de las comunidades que están y estarán de pie porque así es como han recibido la vida, de pie, si todo ese material estuviera en escala de grises y sin créditos, pensaríamos que estamos en los peores años de la oscuridad de este país, y es que aunque han habido pasos fundamentales, detrás de todo ese proyecto documental transmedia en el que trabaja Prensa Comunitaria, detrás de todo ese registro en el que las nuevas tecnologías han sido fundamentales, pues está la misma puta sombra de de los setenta y de los ochenta y del 54 y así para atrás, la sombra del poder y su miserable persecución contra la vida. Pero no, no están en escala de grises, hay muchas fotos en medio de las plantas del jardín de la casa, y un montón, pero montón de mara trabajando en conjunto para seguir contando la historia desde ahí, desde la raíz.

Para todas las personas que trabajan en Prensa Comunitaria, mi gratitud absoluta, mi admiración profunda y el anhelo compartido, como dice el poeta Nigeriano Wole Soyinka, «los convoco, a todos, a la milpa de la luz, que se retiren la sombras».

*Guatemala en movimientos estará en Casa Yaxs (12 calle A, 3-25, zona 1) hasta el sábado 11 de junio. El 16 de junio habrá un conversatorio con Aída Toledo, Alejandro Flores y Dina Fernández para hablar, pues, de todo esto.

https://www.plazapublica.com.gt/content/guatemala-en-movimientos

Justicia Racista y Clasista

Por: Andrea Ixchíu Hernández

Francisco Juan, Arturo Pablo, Adalberto Villatoro, Mynor López, Rigoberto Juárez, Domingo Baltazar, Ermitaño López, son apenas siete nombres de una larga lista de líderes comunitarios presos. Sus delitos: ser pobres, ser indígenas, defender con el cuerpo el agua de las comunidades del norte de Huehuetenango, ante la imposición arbitraria y corrupta de empresas hidroeléctricas construidas con capital nacional y extranjero, con el beneplácito de las autoridades del des-gobierno de Guatemala del Partido Patriota, que no es casualidad, hoy una buena parte de sus funcionarios estén tras las rejas, acusados de corrupción y del uso del Estado y sus privilegios como funcionarios públicos en función del enriquecimiento ilícito.

A los líderes comunitarios se les acusa de secuestro, de instigación para delinquir, de obstrucción, -vaya ironía- a la justicia, hechos que el Ministerio Público, mediante la fiscalía de Derechos Humanos ha sido incapaz de comprobar con elementos contundentes. Han estado en prisión preventiva por más de un año, como parte de una estrategia de las empresas hidroeléctricas en contubernio con funcionarios públicos para desmovilizar la resistencia comunitaria a los proyectos extractivos en Santa Cruz Barillas y Santa Eulalia, Huehuetenango.

Ellos, los líderes, han sido recluidos en los decadentes centros de detención de la zona 18 capitalina y la cárcel de Huehuetenango. Para ellos no hay medidas sustitutivas, fianzas y respeto a sus derechos humanos. Les suspenden audiencias con cualquier excusa y niegan cualquier medida que les favorezca, ya que según los jueces, ellos son altamente peligrosos. Los medios de comunicación corporativos han criminalizado a los líderes comunitarios, les niegan el derecho a la “presunción de inocencia”. Todo esto, porque se atrevieron a ponerle un alto a la máquina depredadora del capital, que extrae todo lo que toca, que no le importa el futuro y el presente de los pobres, los indígenas, los campesinos cuando se trata de generar ganancias y acumular riqueza.

Contrasta e indigna el trato que han recibido los señores de Huehuetenango y el tratamiento que han hecho del militar genocida de Otto Pérez Molina, de la corrupta Baldetti, su séquito de empleados y todos los corruptores empresarios, pandilleros de cuello blanco que han destruido las instituciones públicas con todos sus desfalcos y tretas. Para ellos hay prisiones especiales, llevan dietas alimenticias, tienen acceso a medios informativos, para ellos se cuida el debido proceso, para ellos las audiencias no se suspenden, para ellos medidas sustitutivas, fianzas, arrestos domiciliares.

Es un hecho evidente que el racismo continúa presente en esta sociedad, por muchos cambios de pensamiento o mejoras en pos de la igualdad que se hayan producido mediante legislaciones y convenios en los últimos 20 años. Racismo y clasismo. Aunque las fronteras que operan entre uno y otro en estas situaciones son muy delgadas, las fronteras étnicas son siempre más fuertes que las económicas.  Porque incluso un indígena diputado o un indígena que tiene helicópteros y pertenece al “Cacif Maya” no reciben nunca el mismo trato en la opinión pública que cualquiera de los no indígenas diputados y empresarios, aún sean los más corruptos del país.

Ese racismo que se exacerba hacia las capas más desfavorecidas de la sociedad, aquellas a las que los acomodados ven como una amenaza. Por esta razón, el racismo y el clasismo, se hacen evidentes en la forma en que imparten sentencias en las cortes guatemaltecas. Son una prolongación de esa podredumbre en la que este país esta educado, en dónde existe una excesiva admiración por los millonarios y los famosos, aun así lo sean a base del despojo, la evasión fiscal y la corrupción, y se fomenta un intolerable desprecio por las capas sociales más pobres, aún estas defiendan con su vida y su cuerpo los derechos colectivos.

Ojalá todos los actores políticos de esta sociedad nos pronunciemos ante estos hechos y hagamos lo que corresponda, de acuerdo a nuestras facultades, para eliminar la injusticia, la desigualdad, el racismo. La liberación de los líderes comunitarios y las sentencias condenatorias a todos los políticos corruptos son una responsabilidad del sistema de justicia, no cuestión de filantropía. Debemos presionar en la construcción de otro país más justo, ya que vivimos en uno podrido desde sus raíces.