Archivos diarios: 19 abril, 2016

EL ESPEJISMO DE LA CLASE MEDIA

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Foto: Informador.in

Jesus González Pazos,  Mugarik Gabe

El espejismo de la clase media es su creencia casi ciega, en gran parte de ella, de que en la sociedad capitalista actual se produce su desclasamiento y, por lo tanto, su alejamiento de los estratos más bajos de la estructura social.

A veces se dice que estar en el medio es una lucha constante en la indefinición y cuando hablamos en términos sociales posiblemente esto es una gran verdad. Se está por encima del empobrecido, y la mayor de las veces por encima de las empobrecidas, a quienes se mira con cierta suficiencia e incluso cierto desprecio por su consideración de inferior. Es posible que la razón principal de esta visión y actitud radique en el temor a caer en ese inseguro y precario territorio social de la pobreza. Por el contrario, se mira hacia arriba con cierta envidia, pero desde el convencimiento intimo y profundo de que por mucho que el capitalismo diga que es factible, es casi imposible el ascenso a la selecta clase de “los de arriba”. Y ante esa inseguridad permanente, la clase media se pretende a sí misma, se piensa fuera del sistema de clases, se desclasa en su espejismo.

Para ello, con ese fin del desclasamiento, es importante acomodarse en el refugio del crecimiento continuo, el desarrollo individual y el bienestar egocéntrico. Y todo ello en la inmediatez del presente. Se obviará el pasado, al considerar el mismo como vano, inútil; pero se ignorará igualmente el futuro, por la incertidumbre a la que éste aboca. Y así, no se planifica para las generaciones futuras, ni tan siquiera para los propios años venideros de cada uno, sino para el momento; el famoso eslogan de vive el momento, sin mirar atrás ni al futuro lejano, se hace consigna.

Por supuesto, el sistema dominante hoy, especialmente en los términos económicos y políticos, pero también sociales y culturales, opera y empuja hacia estas creencias y actitudes ante la vida; persigue que se interioricen y se sientan como algo natural. Porque además, el capitalismo nos dice por infinidad de medios que ya no hay clases. Y la idea contraria se dibuja como algo viejo, obsoleto, como una visión anclada en el siglo pasado y, por lo tanto, impropia de las sociedades modernas a las que ya pertenecemos todos y todas en este siglo veintiuno. De esta forma, éste conseguirá que esa amplia clase media se constituya en conservadora desde su pretendido desclasamiento para mantener lo que tiene, lo que considera ya su privilegio y, por lo tanto, se construya como fuerza sustentadora del sistema dominante.

La fase actual del capitalismo, la que se corresponde con los últimos 40 años, la neoliberal, va ligada directamente al consumismo y al individualismo. Y estos factores definidores se desarrollan especialmente en el seno de la clase media, de una forma un tanto esquizofrénica. Evidentemente, las clases empobrecidas difícilmente entran en esta situación, y para las clases altas es su modo de vida natural. Así, la sociedad del bienestar se conjuga con consumo permanente y esta clase media será quien mejor asuma e integre en sí misma este postulado. Por eso se aferrará, conservadoramente, al concepto dominante de bienestar individual como fin último de la vida, y no al buen vivir colectivo. Es su elemento, nuevamente como espejo falso, de su hipotético proceso de desclasamiento.

Sin embargo, también en estos últimos 40 años hemos podido comprobar que el neoliberalismo es como Roma, “no paga a traidores”. Cuando ese neoliberalismo económico pasa a someter plenamente al ámbito de lo político, imponiendo sus programas de austeridad, ajustes estructurales, privatizaciones y recortes de derechos, una gran parte de esta clase media conformista, plenamente conservadora o levemente reformista, se verá zarandeada sin compasión y muchos miles de sus miembros, aquellos que se pensaron fuera del sistema de clases y a salvo en su individualismo, comprobarán que no solo no lo eran o estaban, sino que pasan a engrosar la clase empobrecida, la clase trabajadora precarizada.

Durante los años noventa del siglo pasado, en la que se conoció como década perdida, América Latina sufrió la imposición sin miramientos de esas medidas de austeridad. Resultados y consecuencias graves de éstas fueron muchas, pero para lo que nos ocupa, subrayar como la delgada clase media que entonces existía en ese continente, prácticamente se esqueletizó hasta casi desaparecer. En su inmensa mayoría fue arrojada inmisericordemente al empobrecimiento.

No sería hasta muy recientemente, precisamente como resultado del llamado periodo progresista en ese continente cuando esta clase inicia su recuperación y, gracias a las medidas posneoliberales y al mejor reparto de la riqueza en muchos países, se ha engrosado con varios millones de personas (en algunos países se registran tasas de disminución de la pobreza de hasta más de 20 puntos). Y, precisamente, poniendo por un momento la atención en este periodo de transformación social actual en América Latina y en ese nuevo florecimiento de la clase media, posiblemente uno de los mayores riesgos que hoy se dan, es nuevamente que resurja ese espejismo del desclasamiento, de la aparente despolitización de la clase y su reversión al conservadurismo ante la incertidumbre de seguir profundizando los procesos de transformación. Quizás esto tenga que ver con el hecho de que este periodo de cambios ha trabajado principalmente en las condiciones políticas y sociales, sin actuar tanto sobre las económicas, culturales y de valores, en suma, sobre el sistema de ideas (ideología), que no se alteran respecto a las introducidas o interiorizadas anteriormente por el capitalismo neoliberal.

En el mismo sentido, de alguna forma algunos de estos mismos procesos descritos rápidamente para el continente americano, con sus características propias los hemos podido ver en los últimos años en la llamada Europa del sur. El sistema neoliberal contó que todos y todas éramos (des)clase media, orientada al bienestar mediante el consumo, el individualismo y la inmediatez. Pero con la excusa de la crisis económica las medidas de austeridad nos “despertaron a la pesadilla”. Miles y miles de personas perdieron el trabajo y con ello su nivel de vida que pensaron perpetuo; hay además otros miles que con trabajos precarios y mal pagados, hoy tampoco pueden llegar con dignidad a fin de mes. Los y las desclasadas, de repente, comprendimos que en la sociedad capitalista, se pinte como se pinte, con unos u otros matices, hay clases, y el corazón de dicho sistema es duro y frío para con quienes no están en su cúspide.

Evidentemente, en este contexto, hoy resulta urgente que esas miles de personas, hombres y mujeres que se pensaron fuera del sistema de clases y hoy descubren que fue un espejismo creado por el mismo para su mantenimiento, recuperen la consciencia de quién se es y qué lugar se ocupa en la sociedad y si eso es justo y/o cambiable. Por esto último, también reconocerse en el hecho innegable de ser sujetos políticos activos para la transformación, abriendo así la puerta a verdaderos procesos que no sigan profundizando en la desigualdad social y el empobrecimiento de las grandes mayorías.

 

COMUNICADO DE FESTIVALES SOLIDARIOS ANTE AGRESIÓN SUFRIDA EN SANTO DOMINGO XENACOJ

Festivales Solidarios es una colectividad de artistas, gestores culturales y comunicadores comunitarios que desde el año 2013 realizan actividades artísticas y culturales que se solidarizan con las comunidades que protegen la vida y el territorio y que por medio de la música y la lúdica acompañan las resistencias de varios pueblos que defienden sus derechos.

El pasado sábado 16 de abril del año 2016, se celebró el festival comunitario Rujotay Quchuq’a’ organizado por el colectivo KojK’astaj Xenakoj en el parque central del Municipio de San Domingo Xenacoj del Departamento de Sacatepéquez.

El evento artístico y cultural concluyó alrededor de las 23:00 horas del mismo día. Al terminar, las y los miembros de Festivales Solidarios que asistieron al evento: Lucía Ixchíu, Sara Curruchich, Laura Penados, Ixmucané Choy, Marcos Hernández y Carlos Cano, se retiraron y buscaron algo de comer en las ventas cercanas al parque central, cuando se percataron de que había un grupo de aproximadamente 100 personas vestidas con túnicas negras, máscaras y pasamontañas. Quienes además estaban armados con pistolas tipo rifle, machetes, mangueras y palos.

Esta situación nos sorprendió pues no teníamos conocimiento de la existencia de grupos armados no estatales e institucionales en dicho municipio.

Este grupo armado rondaba en los alrededores del salón municipal dónde se desarrolló el evento, situación que nos generó temor. Al terminar de comer, el grupo de Festivales Solidarios acordó en retirarse a descansar.

Nuestra compañera y compañero, Lucía Ixchíu y Carlos Cano, abordaron su vehículo para regresar a la ciudad capital. Mientras salían del municipio hacia la carretera interamericana se percataron de que eran perseguidos por dos vehículos tipo Pickup, modelo Hilux, que tenían placas oficiales, los cuales les hacían señales con las luces para indicar que detuvieran la marcha. Les fue interceptado el paso e inmediatamente fueron rodeados por alrededor de 12 personas que portaban pasamontañas, algunos con uniforme verde olivo y otros con uniforme negro y armas de alto calibre (AK47). Al ser detenido el vehículo, Carlos Cano mostró su credencial laboral a los sujetos armados y al ver que dicha acreditación pertenece a una agencia de cooperación internacional, les dijeron en ingles que se fueran de allí, reaccionando inmediatamente huyendo del lugar.

Paralelo a este hecho, las compañeras y el compañero, Sara Curruchich, Laura Penados, Ixmucané Choy, Marco Hernández y las compañeras del colectivo Casa Colibrí, se vieron amenazados en el parque central del municipio de Xenacoj por un grupo de aproximadamente 50 personas, que vestían túnicas y ropas de color negro, pasamontañas o máscaras y quienes portaban armas de fuego tipo rifles y armas corto contundentes, tipo machete.  Estas personas se acercaron y rodearon a nuestras compañeras y compañero, dirigiendo palabras intimidatorias e inmediatamente amenazaron con un machete a una persona local que intervino para evitar la intención de agresión del grupo, mientras dijeron que los activistas no eran bienvenidos en dicho municipio.

Este hecho ocurrió mientras los artistas se trasladaban hacia las instalaciones de Casa Colibrí, que amablemente ofreció dar hospedaje para los artistas, decidiendo cambiar así el lugar de hospedaje al inicialmente ofrecido por los organizadores del evento.

Ante la agresión y eminente riesgo para la vida de varios miembros de este colectivo, se procedió a contactar a organismos de derechos humanos, medios de comunicación y gente de confianza para denunciar el hecho y solicitar apoyo.

Por los cambios suscitados en el lugar de hospedaje y el shock de lo vivido, una parte del grupo  asumió que  nuestros compañeros Sara, Laura, Ixmucané y Marcos habían sido agredidos en dicho hotel, y dio una primera  versión de lo ocurrido, que además fue denunciada públicamente, cosa que fue corroborada horas más tarde y se solicitó a los medios que cubrieron el hecho que ampliaran lo inicialmente dicho sobre el lugar de la agresión ya que en medio de la confusión se dio por hecho que quienes se quedaron en el municipio de Xenacoj estarían en su hotel.

Sin embargo, estos hechos violentos de persecución, intimidación y de amenaza directa, tanto verbal y con armas, nos colocó en una posición vulnerable y de alto riesgo, en dónde nuestra vida y seguridad fueron afectadas.

Esta situación no es fácil para nosotros, que amamos el arte y la vida. Nos encontramos en un estado emocional sensible y resultado de esto nosotros hemos puesto denuncias penales y legales pues consideramos importante que la justicia prevalezca y que hechos como este no permanezcan en la impunidad.

  • Lamentamos que se nos re victimice, difame y se minimice un hecho contra nuestra integridad personal en medio de esta situación.
  • Repudiamos la presencia de grupos armados civiles que recurren a la persecución, intimidación y criminalización hacia los artistas, periodistas y defensores de derechos humanos que promueven el derecho a la vida y la libertad, en las comunidades.
  • Exigimos que se investigue este acontecimiento violento que puso en riesgo la vida de nuestras compañeras y compañeros, ya que estos hechos violentos e intimidatorios se suman a las múltiples agresiones que enfrentan muchos defensores de la vida, el agua, el territorio y de los derechos humanos.
  • La seguridad y organización comunitaria es con justicia, dialogo, consenso y respeto, no con armas, ese jamás ha sido el espíritu de la autoridad comunitaria. Estas prácticas nos colocan frente a la sociedad como sujetos violentos, acorde a la visión racista y hegemónica que nos ha juzgado siempre.

Seguiremos insistiendo en construir con Arte, Conciencia y Resistencia.  ¡No silenciaran el arte, ni la vida!

FIRMAMOS

Ana Lucía Ixchíu Hernández

Sara Curruchich Cumez

Laura Gabriela Penados Díaz

Ixmucané Choy

Marco Antonio Hernández Arévalo

Carlos Ernesto Cano

Andrea Isabel Ixchíu Hernández

Xun Ciin Ceto Morales

María Gabriela Ixchíu Hernández

Linda Bac

Susana Tipaz

Xib Ach Wel Ixmucane Ceto Morales

Festivales Solidarios

Iximulew, Guatemala 19 de abril del 2016.

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Marcha por el agua alcanzo el octavo día de movilización

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Por: Luis De León

El día de ayer la marcha recorrió 24 km desde Río Bravo hasta la comunidad maya 9 de enero en Patulul, Suchitepéquez.

Alfonso Porres, ayer y hoy

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Fotografía de Sergio Valdés

Por: Sergio Valdés Pedroni.

Un acontecimiento dramático e imprevisto como la muerte de Alfonso Porres (antropólogo, cineasta y activista crítico, un hombre coherente y bondadoso, con infinidad de virtudes y defectos necesarios), produce una ruptura en la ciudad -«nuestra ciudad», como decía él- una crisis quizás. Y la necesidad de hacer un balance crítico, para que la vida -nuestra vida- no sea un depósito de ausencias. Una celebración del vacío, la arrogancia o la estupidez. Una caricatura nostálgica e inútil de las grandes derrotas y pequeñas victorias de nuestra generación.

Ayer hace una semana, acudí a Casa Roja y preparé un desayuno, con frijoles colorados, tocino, huevos, queso y manzanas. «Está muy bueno -me dijo- venite más seguido en la mañana». Y así comimos, riendo ambos con la boca llena. Hoy hace una semana, volví por segundo día consecutivo para avanzar en un nuevo proyecto de cortometraje documental, que grabamos juntos el 28 de marzo pasado. Además de las cosas del cine, quedamos en rehacer la hortaliza de cajas que tenía en la terraza, junto a su pequeña habitación. Fue la última vez que hablamos, aunque el jueves 14, poco antes de la crisis que lo condujo a la muerte, leí aquí en Facebook un texto suyo, que me puso los pelos de punta:

«Hoy velamos a Raúl, es nefasto tener que velar, cada día, una persona a quien por motivos de violencia muere, no quiero hacer una descripción de Raúl suficiente para quienes lo conocimos, si el hubiera querido hacer de su vida publica, seguramente todos lo hubiéramos enterado. No obstante el hecho es que esta muerto, dicen dentro del enorme mar de incertidumbres, que lo encontraron tirado en lugar baldío, dicen que con dos golpes en la cabeza, dicen que desapareció desde el jueves, dicen que no llegó a una cita, dicen que lo encontraron el sábado, y que su cadáver estaba descompuesto, dicen que costó reconocerlo, dicen que su hermana, se enteró hoy , dicen que tenían tres hermanos y una madre, dicen que no estaba metido en nada (como si estar metido en algo fuera una excusa para que lo asesinaran) dicen, todos dicen y ya Raúl esta muerto».

Esto le escribí a Poncho en aquel momento -y esto repito ahora para mi propia rabia-:

«Dicen que el peso de sentir es equivalente al peso de la rabia, la indignación y el repudio. Y que es preferible cargar con todo ello, para no hacer de la existencia un océano ajeno e inalcanzable. Para no morir estando vivos. Te dejo un abrazo».

(Stills sobre planos de Eduardo Spiegler, inicio del rodaje de Elogio del cine, 1 de mayo de 2012. ).

Este es un cartón pal Poncho

Poncho

 

Por: Daniel Morales Zuleta

“Dibujo inspiracion de mi hermano Edwin y yo. Ya llevaba días queriendo hacer un dibujo para honrarlo a aquel y bueno mi carnal me animó a hacerlo.“