Archivos diarios: 9 noviembre, 2015

En huelga de hambre: «estoy dispuesto a llevar esto hasta las últimas consecuencias»

Por: Alejandro Pineda Quiñónez

«Para mí, la justicia está antes que mi propia vida…»

Carlos Izaguirre, un valiente hombre de 62 años, ha tomado la arriesgada determinación de someterse plenamente a una HUELGA DE HAMBRE y de líquidos, a pesar de los delicados padecimientos en la próstata y vías urinarias que lo aquejan.

Lo ha hecho como una medida desesperada ante la negligencia e inoperancia de los servicios de salud públicos y el personal que lo ha (des)atendido. Necesita de dos intervenciones quirúrgicas para impedir que su estado continúe agravándose. La respuesta ante tal necesidad ha sido nula de parte de las autoridades competentes.

Permanece desde el viernes en la tarde frente al Palacio Nacional: lleva ya más de 48 horas en huelga. Está firmemente dispuesto a persistir en su lucha personal al seguir ocupando ese espacio, sin importar la gravedad de su condición. Afirma que preferiría terminar sus días luchando dignamente, a permitir que lo sigan denigrando y humillando con el abandono del que ha sido víctima por parte del Sistema de Salud.

Ha pasado la mayor parte del tiempo solo en este lugar, principalmente durante la noche. Además del frío y las limitaciones que ha tenido que enfrentar, ha sufrido intimidaciones y trato abusivo de parte de un individuo encargado de la seguridad del Palacio Nacional.

Carlos es un admirable ejemplo de lucha por la dignidad humana. Un ciudadano consciente de que la crisis en el Sistema de Salud ha llegado a niveles insoportables. Y ante tal calamidad, ha tomado una decisión radical, arriesgando gravemente su propia integridad física.

Unámonos en solidaridad con Carlos, pues la lucha por el derecho a la salud es de todas y de todos.

LA PAJA Y EL TRIGO (I)

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Por: Miguel Ángel Sandoval

Sin dudar mucho, el analista Marcelo Colussi, dice con una mano en la cintura que la lucha en contra de la corrupción es una estrategia imperialista, y que la misma sustituye a los golpes de estado de viejo cuño. Todo para decir que el movimiento que surgió el 25 de abril no es más que una manipulación de los factores de poder tradicionales, esto es: la oligarquía y sobre todo, los estados unidos de Norteamérica. En síntesis, no ha pasado nada y no hay nada nuevo bajo el sol. El tsunami social no sirvió de nada y entonces, hay que espera tiempos mejores….

Si se escribiera de manera seria se podría decir al menos dos cosas claras y novedosas: 1) es la movilización social más amplia y sostenida que ha habido en Guatemala en los últimos 20 años, para decir lo menos. Y, 2) en sentido amplio constituye una revolución moral, como he calificado este movimiento por haber conseguido a nivel social la condena de la corrupción y la impunidad, así como haber puesto contra la pared las practicas vinculadas a la vieja política partidaria y de ejercicio del gobierno. Por supuesto que es un proceso abierto, que no ha concluido.

 De tal manera que si antes del 25 de abril, la corrupción era socialmente aceptada, hoy es socialmente condenada. Lo mismo ocurre con la impunidad. Hasta el 25 de abril vimos que la justicia solo juzgaba y condenaba a los pobres, mientras que ahora, en lucha frontal contra la impunidad,  juzga a presidentes, diputados, empresarios, jueces o magistrados.

Si la derrota de la corrupción y la impunidad no significan nada para algunos analistas, pues sencillamente estamos hablando de dos países, de dos movimientos y de dos resultados.

Que la lucha en contra la corrupción y la impunidad son apenas el inicio de la refundación del estado que es necesario acometer, ni duda cabe. Pero situar las aspiraciones y cambiarlas por las realidades, es al menos un ejercicio de ceguera social y política.

Afirmo que hubo en Guatemala a partir del 25ª el inicio de una revolución moral con la derrota estratégica de la corrupción y de la impunidad. Al tiempo que emergió una ciudadanía que con sus equivocaciones, constituye un factor novedosísimo en la construcción de la democracia en Guatemala.  Aquilatar esto como uno de los factores que se acumulan en favor de las fuerzas progresistas del país, es algo que se debe explicar entre los diferentes actores del estremecimiento social acaecido en nuestro país.

Sin duda que jugó un rol desencadenante la acción de la Cicig, y que en el desarrollo de esas movilizaciones fue capital en rol de la embajada de estados unidos, pero, ojo, esto se produce en un marco social concreto y la reacción social que es también concreta, no responde a manipulaciones de nadie.

Finamente, la revolución moral como la concibo, no supone la toma del poder en primera instancia, pero si supone una victoria histórica del pueblo guatemalteco. Que tuvo y tiene lugar en el ámbito del imaginario colectivo, en terreno de las construcciones ideológicas y políticas, en la autoestima de la sociedad.

Que nadie haya aparecido como el líder, o como el partido, o como la coalición que empujo los cambios, eso es otra historia que corresponde analizar, antes que descalificar con teorías de la conspiración y sus alrededores. Creo que hace falta mucho más rigor y no dejarse llevar por  sus construcciones oníricas. Hace falta, analizar la realidad, pero no con las construcciones metafísicas.