No nos resignamos porque al buscarlos, buscamos nuestra libertad. La marcha del 26 de septiembre en el Zócalo de ciudad de México
Fotos y texto Verónica Velázquez
Han pasado tantas cosas en este país pero la justicia no llega. ¿Dónde están los 43 estudiantes y las otras decenas de miles de desaparecidos sin rostro? no queremos conmemorar tragedias, queremos que pare la tormenta, que no se repitan las pesadillas encarnadas del asesinato de Julio o de Kassandra, de la masacre de San Fernando, de la tragedia de El ABC…
¡Basta de tanta impunidad de nuestros gobernantes!, ¡pongamos un alto a las formas letales del Estado cooptado!, ¡no más política de muerte!, ¡que se acabe la indolencia con la que está aprendiendo a sobrevivir la mayoría de la población!
Pero “¿quién dijo que todo está perdido?” ¡Ayotzinapa sigue vivo!.
Este 26 de septiembre me di cuenta de que no has muerto hermano normalista, que sigues vivo en cada latido que marchó para nombrarte, para gritar en la calle al son de los tambores que te devuelvan vivo, mientras el cielo lloraba porque el pueblo está herido. Más de cinco horas bajo la lluvia marchamos todas las voces, los estudiantes, los maestros, los pueblos originarios, las organizaciones de la sociedad civil, las madres y los padres con sus hijos, con los abuelos, la gente de todos los estratos sociales unidos bajo un mismo dolor y una misma exigencia de justicia.
No nos resignamos porque al buscarlos, buscamos nuestra libertad.
Abrazos a todos y a contagiar la esperanza activa que nos dejó la marcha.
Publicado el 28 septiembre, 2015 en Guatemala. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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