Archivos diarios: 17 junio, 2015

Y para una nota más trágica: «La pasión»

 

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Miles de especies animales que habitan el río la Pasión en Sayaxché, Petén están muriendo. Todo debido a que las empresas extractivas de palma africana depredan el entorno social y natural para enriquecerse.

Malation es el nombre del químico que se ha encontrado hasta ahora en el río en varios estudios de investigaciones realizadas por la Universidad de San Carlos, el mismo Ministerio de Ambiente. Este químico es de uso prohibido en el mundo.

Las denuncias y testimonios de la gente que habita los alrededores de este río dicen que esto es responsabilidad de la empresa Reforestadoras de Palmas de El Petén S.A. – REPSA.

El Ministerio Público, el Consejo de Áreas Protegidas CONAP, las autoridades comunitarias, la Comisión Municipal conformada para ésto, varios concejales municipales y la población de Sayaxché han realizado desdesperadamente acciones para que esto no tenga peores consecuencias.

Ecocidio se llama el crimen que las empreas están realizando en contra de la naturaleza y la misma vida humana.

Apoyo al proceso electoral en Guatemala: hipocresía o ceguera de la OEA

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Francisco Rodas Maltez

La resolución de la OEA de apoyo al proceso electoral en Guatemala desdeña los reclamos de una sociedad hastiada de una democracia autoritaria y un funcionariado corrupto, colocando a un Presidente mafioso como héroe.

A la Asamblea y al gobierno argentino que propuso el proyecto de resolución, les preocupa la gobernabilidad y la preservación de la institucionalidad democrática, sin considerar que el principal conspirador contra esos principios es el mismo que apoyan.

Despersonalizando la autoridad que dirige, controla y administra las instituciones, esta deplorable resolución tomó en cuenta “El firme compromiso del Gobierno de Guatemala… a fin de continuar avanzando en la consolidación de la paz, la reconciliación nacional y el fortalecimiento de la democracia guatemalteca”, cuando en estos campos el régimen actual ha logrado los mayores retrocesos, desde que se inició la transición democrática hace 30 años.

Es el gobierno que, con mayor intensidad, incrementó la militarización de la seguridad, recrudeció la persecución, el amedrentamiento y la criminalización de las defensoras y defensores de derechos humanos. Los que han convertido a las fuerzas de seguridad pública en cancerberos de los megaproyectos energéticos, del neo-extractivismo minero y agrícola, aplastando a las comunidades y persiguiendo a sus líderes que defienden el territorio y el ambiente natural.

Si de fortalecer la democracia se trata, desilusiona que a la Asamblea de la OEA se le olvidara que en la actual administración de Otto Pérez Molina, se llevó a cabo el mayor escándalo  de destrucción en la independencia del poder judicial. Como han señalado varias organizaciones de la sociedad civil: “Las selecciones y elecciones llevadas a cabo por las Comisiones de Postulación y el Congreso de la República no fueron objetivas, ni se basaron en el mérito y la capacidad de los y las candidatas. Tampoco se realizaron de manera pública ni transparente en varios momentos del proceso, y además se vieron seriamente permeadas por intereses privados de grupos de poder”.

Tampoco es un gobierno que pueda lucirse como promotor de la reconciliación nacional. La verdad, la justicia y resarcimiento de las víctimas del conflicto armado no han sido cubiertos con un velo, sino confinados dentro de los muros inexpugnables de la impunidad. Tanto así que, de 11 sentencias dictadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra el Gobierno de Guatemala, la actitud del Estado ha sido el desacato respecto a la obligatoriedad adquirida. O bien la negación el genocidio y el juicio malicioso y eternizado para favorecer al actor más visible de estos actos, el General retirado Efraín Ríos Montt.

Todo esto que sabemos y padecemos los guatemaltecos ha sido documentado por el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, conformado por la Comisión y La Corte del sistema en cuestión, siendo organismos pertenecientes a la OEA. Pero al parecer, los participantes a la 45 Asamblea de la OEA no han leído ni una sola hoja de estos expedientes, o si las han consultado no les mueve a cambiar su opinión sobre unas elecciones libres pero poco transparentes.

Qué se entendió en esta Asamblea sobre lo que significa proceso electoral libre y transparente. Podemos imaginar que se refieren al modelo de democracia formal, es decir, los ciudadanos tiene libertad de elegir entre una oferta de candidatos y que está asegurado que los resultados no sean sujetos de fraude. Sin embargo los asambleístas, para decir lo menos, desconocen que estas elecciones están teñidas de intereses corporativos; de grupos de poder y financiamiento lícitos e ilícitos; de campañas publicitarias que han desbordado con creces el techo presupuestario autorizado; que el partido oficial utiliza con descaro los programas sociales para promoverse; que existen viejas y actuales denuncias sobre la integridad de muchos aspirantes a estos cargos por elección.

30 años nos hemos pasado con ese baile y sus efectos están a la vista: somos el país con los peores estigmas y los más bajos indicadores de desarrollo humano.

Sospechamos que dicha Asamblea lo que se resiste aceptar es, el desborde ciudadano en las calles, que en sus palabras “amenaza… ruptura del orden constitucional”, cuando estas movilizaciones lo que buscan es restituirlo. Igualmente, sentenciarnos sin habernos oído, a que las elecciones se lleven a cabo en la fecha convocada por el Tribunal Supremo Electoral, suena a impertinencia, cuando el mismo organismo nacional ha dado opinión sobre su posibilidad.

Resta opinar sobre el último inciso de esta infausta resolución, la de: “Apoyar al Gobierno de Guatemala en la consolidación de la democracia y en su lucha frontal contra la impunidad”. Al respecto debemos recriminarles que su apoyo a este gobierno y quien lo preside, no le interesa ni lo uno ni lo otro, porque la fórmula que ha operado es el poder que les brinda la impunidad para emboscar la democracia.

Conocemos de varios países de América Latina que han vivido verdaderas conspiraciones, pero que los buenos modales diplomáticos de algunos países, decidieron hace tiempo no abrir la boca. Cuando ocurren estas cosas, viene a la mente la soledad que vivió Guatemala en enero de 1954, donde su Canciller, frente al mismo organismo, fue el único que votó en contra de la resolución que puso fin al principio de no intervención, aunque posteriormente fuimos víctimas y de la cual todavía quedan secuelas.

San Juan Sacatepéquez: una lucha comunitario-popular abrazada en la ciudad

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Por: Gladys Tzul Tzul  [1]

El día sábado 13 de junio de 2015 las tramas comunales de San Juan Sacatepéquez se abrazaron emotivamente con las tramas populares de la ciudad de Guatemala, su abrazo mostró su potencia y fuerza cuando evitaron que la policía reprimiera y capturará a dirigentes comunales de San Juan Sacatepéquez. Ese día se realizaba otra gran marcha que llamaba a destituir al presidente Otto Pérez Molina, y las comunidades de San Juan Sacatepéquez, acuerparon esta jornada de lucha comunitario-popular que ha venido produciendo una fuerza que ha logrado remover a la que era vicepresidenta, misma situación que ocurrió con varios ministros más. Así, ese día de San Juan Sacatepéquez salieron tres buses repletos de mujeres, hombres, niños y niñas que llegaron a la ciudad de Guatemala y se unieron al río humano que empuja la destitución de Molina y que de manera más amplia interpela el orden de mando colonial y racista sobre el que se sostiene la acumulación capitalista en Guatemala. [2]

Todas y todos sabemos que las comunidades san juaneras, por más de cinco años han luchado contra la imposición de la Cementera Progreso; esas comunidades conocen por experiencia concreta los efectos de la dictadura del gobierno del Partido Patriota y del capital nacional que a fuerza, por despojo y por muerte quiere imponer y construir el anillo periférico y la cementera San Gabriel, (ampliación de la empresa Cementos Progreso), han vivido masacres como la ocurrida en septiembre del año pasado en los Pajoques; han vivido dos estados de sitio, luchan por liberar a varios comunitarios encarcelados, han llorado varias vidas y se enfrentan a una serie de mecanismos que imponen la división y fragmentación de las 12 comunidades. Esa lucha es conocida en las comunidades guatemaltecas y también en las comunidades de Argentina, Perú, México, San Salvador, entre varias más, y han enseñado como se lucha por la vida.

La lucha sanjuanera es un acontecimiento importante para entender las álgidas protestas que están ocurriendo en Guatemala por estos días. En este texto reconstruyo y sugiero una interpretación que puede ser ampliada con las variadas y plurales ideas que ya se están realizando al respecto. Me detendré en San Juan Sacatepéquez, por el acontecimiento del día sábado, pero sabemos que en las comunidades ixiles, q’anjobales, k’ich’es, en los territorios de Xalapán, La Puya, Sayaxché se fraguan una serie de luchas que nos alimentan y que permanentemente interpelan y frenan a los proyectos de muerte.

Los hechos, primero: Ese día, 13 de junio l@s sanjuaneros después de participar en la marcha, puestos regresar a sus comunidades salieron aproximadamente a las seis de la tarde del centro de la Ciudad de Guatemala, punto la protesta. Pero la policía nacional civil lo impidió, porque atravesó una patrulla en la 31 avenida 21-77 de la zona 7 (casi en las salidas de la Ciudad de Guatemala) y detuvo a uno de los tres buses, montó un operativo con un más de 400 policías, antimotines, agentes de particular, algunos fuertemente armados detuvieron al bus que tenía placa de circulación No. C483BMQ[3]. Así, quedaron atrapados dentro de la camionetas madres con sus hijos y varios hombres que hacían un total de 60 personas; la policía primero argumentó que habían recibido una llamada porque en ese bus se estaba perpetrando un asalto, como es versión fue desmentida, argumentaron que dentro del bus viajaban personas que tenían ordenes de captura y exigían que todas las personas se identificaran con su Documento Personal de Identificación (DPI). Lo que la policía exigía era completamente ilegal. Las mujeres, estudiantes y jóvenes que primero acudieron a apoyar y proteger a las comunidades lo denunciaron tenazmente por la radio, por las redes sociales y por entrevistas. Esta fuera de la ley realizar órdenes de captura después de las seis de la tarde.

Segundo: Se activó el mecanismo comunal de información, las mujeres y los hombres que estaban dentro del bus, se comunicaron con sus familias, quienes a su vez avisaron a los estudiantes de la USAC que estaban participando en las manifestaciones para que apoyaran y los protegieran. Y así fue, con el paso del tiempo, cientos de hombres y mujeres llegaron a acuerparlos y formaron una cadena humana que impidió que la policía ingresara al bus y evito que la policía obligara a bajarlos del bus. Jóvenes mujeres y hombres universitarios se acordonaron y no se soltaron las manos, mientras algunos abogados comprometidos con las luchas de sus comunidades producían estrategias jurídicas para exigir que se hicieran mostrar las órdenes de captura y las cuales nunca fueron presentados y demandando exhibiciones personales.

Tercero: Parte de la ciudad se volcó. Los vecinos de la zona siete (lugar donde estaba retenido el bus) hizo parte de la cadena humana, y comenzaron a reunir alimentos para adultos y para niños, agua para beber; el bus llevaban retenido más de cuatro horas, y eran necesarios tener pañales para cambiar a los bebés y l@s vecinos de la séptima zona los juntaron y los entregaron. Las comunidades y sus autoridades se volcaron, pues los hombres ixiles con sus varas de autoridad juntos con varias mujeres luchadoras y defensoras de territorios produjeron la negociación con los policías y dieron ánimo y seguridad a l@s retenidos que quienes estaban afuera no los dejaría solos y que los estaban cuidando. Cuando las comunidades de San Juan se enteraron que habían retenido a sus compañeros, regresaron a liberarlos. A esas alturas el abrazo ya había logrado acordonar a la policía y lograban la liberación y evitando la violencia. Hubieron varios momentos en los que la policía estuvo a punto de reprimir, pero las mujeres, las autoridades indígenas y los estudiantes lograron frenarlo con ese cálculo político que se forja al calor de la experiencia cotidiana de cuidar y proteger la vida.

He reconstruido estos tres puntos porque a mi entender resultan fundamentales para habilitar la comprensión de lo que producen nuestras luchas políticas; porque no podemos pensar la lucha política sólo como un objetivo final, también hay que pensarla como la capacidad de ir produciendo horizontes amplio, plurales y abarcativos que nos transformas a nosotras y nosotros mismos.

Para hacerme comprender mejor, quiero aclarar a qué me refiero cuando digo tramas comunales-populares, hago uso de esos términos cuando quiero nombrar a las mujeres y hombres que producen relaciones sociales para vivirse comunalmente, quienes no viven del trabajo ajeno o explotan a otros, esos seres humanos que todos los días trabajan por cuidar, alimentar a sus familias, que defienden sus territorios; los y las vendedoras informales, las y los trabajadores de maquila que se organiza para vivir en condiciones de dignidad y con anhelos compartidos de no permitir más la represión Esas mujeres y hombres que por años mediante levantamientos y movilizaciones han abierto posibilidades de reapropiación colectiva de la riqueza material que producimos para que funcionen los hospitales y las escuelas[4].

Como dice Raul Zibechi: La emancipación es producción de vínculos. Para nuestro caso, el abrazo con l@s sanjuaner@s nos da esa esperanza emancipatoria.

 

[1] K’iche’ de Guatemala, doctorante en sociología por la ICSYH de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, adscrita al área de investigación: Entramados comunitarios y formas de lo político. Su tesis doctoral se denomina: Comunidad Indígena: Una genealogía de los sistemas de gobierno en Chuimekena’. Actualmente, vive en el Ecuador,  donde realiza una estancia doctoral sobre los levantamientos indígenas de la década de los 90 desde el Centro de Investigación de Movimientos Sociales del Ecuador. –CEDIME-.

[2] Estas reflexiones son parte del seguimiento día este acontecimiento el cual fue alimentado de conversaciones y discusiones con varias amigas, verdaderas hermanas.

[3] Datos obtenidos de los reportes de Prensa Comunitaria el día 13 de junio de 2015.

[4] Debo esta definición de lo comunitario popular Raquel Gutiérrez Aguilar, se puede profundizar más en Horizonte Comunitario Popular. Antagonismo y producción de lo común en América Latina. Ediciones de la Sociedad Comunitaria de Estudios Estratégicos y Autodeterminación Ediciones.