Archivos diarios: 8 enero, 2015

Bárbara Díaz Surin cumplió 73días en prisión injustamente

Barbara

#MiCorazonEsDeFlores

Doña Bárbara Díaz Surin es Maya Kaqchikel de las Doce Comunidades de San Juan Sacatepéquez, es autoridad comunitaria y COCODE de su comunidad (Cruz Blanca), fue detenida por fuerzas de seguridad del Estado el 29 deOct. 2014 y enfrenta un proceso en su contra por defender la vida, el agua y el territorio.

Éste 09 de enero 2015 mientras la empresa continua construyendo la Planta Cementera doña Bárbara cumple 73 días en prisión injustamente, ella es presa política del Estado guatemalteco por oponerse a la construcción de la planta cementera San Gabriel de la empresa Cementos Progreso por considerar que está atenta contra la vida.

Libertad para doña Bárbara Díaz Surin.

El atentado contra Charlie Hebdo y las convulsiones del multiculturalismo

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Por: Pablo Rangel

Hoy 7 de enero de 2015 ha llegado la impactante noticia de la masacre perpetrada por dos hombres armados con fusiles de asalto y lanzacohetes a la sede de la revista francesa de sátira política, Charlie Hebdo. En un ataque fulminante fueron asesinados el editor, caricaturistas y policías del local sumando 12 las víctimas mortales. Minutos después del ataque en Paris, Francia la noticia ya había dado vuelta al mundo y las redes sociales recibían un virtual tsunami de muestras de solidaridad con los comunicadores y repudio contra el atentado.

Charlie Hebdo no es una revista con intenciones terroristas, simplemente los caricaturistas y el editor hacían comentarios críticos desde una perspectiva cómica y además, retrataban personajes importantes de la religión, el deporte o la política en situaciones sexuales descabelladas o por otro lado en hipotéticos y penosos aprietos. Obviamente, una muestra genuina de la libertad de expresión. Para quienes hemos sido formados en las democracias liberales, absolutamente nada de qué alarmarse, más bien arrancaban saludables sonrisas sobre la siempre tensa política. Es imposible que «la democracia» francesa, no tuviera una tribuna de sátira política. En la más famosa democracia del mundo y donde los derechos y libertades son de lo más robustos, las caricaturas y salidas jocosas de Charlie Hebdo eran simplemente una expresión más.

Los responsables vindicaron el atentado como parte de las acciones de una célula extremista islámica con base en Yemen. Más tarde fueron capturados y uno de ellos abatido a tiros. Las razones se fueron intuyendo al hacer un cruce de hechos y situaciones pasadas. En Dinamarca, la revista Jylland Posten en el 2005 se verá en problemas por la publicación de caricaturas retratando cómicamente al profeta Mahora, incluso, después de varias crisis diplomáticas se verá obligada a retirar las carícaturas. Charlie Hebdo no obstante, en 2006 retomó los dibujos y los publicó. Esta situación los llevaría a un juicio del cual saldrán absueltos en 2007. En 2011 la revista sufrió un primer atentado por parte de extremistas islámicos. A pesar de las amenazas siguieron publicando una larga lista de caricaturas en las que aparecía no solo Mahoma sino líderes religiosos islámicos junto al papa católico y algún rabino judío en situaciones hilarantes o para los más conservadores obscenas.

Las fallas del multiculturalismo

Después de ver las escenas sangrientas y violentas, la impresión que va quedando, aparte del rechazo generalizado que se ha despertado, es la de Francia como un país donde las cosas parecen haber cambiado. De ser Paris una ciudad culturalmente elitista, las constantes revueltas de jóvenes que se identifican con el Islam o tienen ascendencia árabe o argelina van dejando ver que los franceses han recibido nuevos visitantes y que un proceso de lucha y reconquista cultural se está desarrollando. Esta tensión que explota cada cierto tiempo y posiciona a los extremos más radicales de la sociedad aún más lejos, podría haber sido desactivada, de haber atendido a las observaciones que varios científicos sociales y políticos han hecho al multiculturalismo.

En la discusión que se desarrolla a mediados de la década de 1990 sobre el multiculturalismo, el sociologo alemán Jurgen Habbermas señalaba que el multiculturalismo que se veía venir a finales de la década de 1980, confinaría a las diferentes culturas migrantes a vivir en guetos y posteriormente se daría la «guetización» de las sociedades europeas. Quizá era imposible comprenderlo en esos días, por lo que quienes querían hacerse entender denuciaban una inminente traspolación del multiculturalismo norteamericano a la realidad europea.

Revisando el ejemplo del multiculturalismo en los Estados Unidos del siglo XX, se encuentra que la amplia migración internacional da vida a la idea del «Melting Pot» (Crisol de Identidades) Este no es más que una químera creada para invisibilizar las relaciones asimétricas entre grupos diferenciados. En barrios separados, cada grupo social que va arribando como minoría reproduce sus marcadores culturales y continua viviendo mas o menos aislado de los demás. Mientras tanto, la elite política blanca, cristiana, republicana y heterosexual detenta las riendas del poder.

Quienes son racialmente diferentes y logran ingresar a estos círculos dan muestra preliminar de la incorporación total a su «habitus» de la idiosincracia norteamericana hegemónica. No obstante, las explosiones violentas no son precisamente por los grupos raciales minoritarios, sino por la opresión de la comunidad de ciudadanos más grande que es la afroamericana. El multiculturalismo, esencialmente no es capaz de desmontar estas situaciones y de montar arreglos o pactos políticos, pues la clave con él es la de mantener el orden establecido mientras los potenciales contrahegemónicos se mantengan marginales.

Y eso es lo que sucede ahora en Francia y está aportando víctimas mortales. No existe en el multiculturalismo ninguna manera de limar asperezas. Mientras se quiera imponer la democracia francesa como la cultura hegemónica, que sí que tiene un transfondo racial y económico, sin negociar con la otra parte de la sociedad, que además tiene aliados poderosos y con alcances bélicos grandes, se seguirán viendo los intentos de proclamar una democracia «universal» con sus derechos y libertades como un ataque a los valores culturales no europeos.

En este caso, el gueto islámico creció y seguirá creciendo hasta que ya no haya espacio para negociar. Mientras tanto, quienes defienden la libertad de expresión deberán comprender que hay afrentas culturales graves que en otras culturas se pagan con la vida y que urge negociar los términos para la inclusión de las nuevas culturas para dar paso a algo nuevo. Quizá entre iconoclastas lo más disruptivo sería eso, ver si son capaces de llevar la crítica y sátira más allá de lo que le multiculturalismo permite imaginar.