En el Día del Estudiante Universitario, también pedimos justicia.
Oliverio Castañeda de León es el ícono de la lucha estudiantil de aquella época. Era estudiante de la Facultad Ciencias Económicas y fungió como Secretario General de la AEU desde el 22 de mayo de 1978 hasta su muerte, el 20 de octubre de aquel año, cuando fue asesinado por fuerzas represivas del Estado de Guatemala a sólo 100 metros del Palacio Nacional. Su ejecución está documentada en el informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, CEH, como el Caso ilustrativo No. 45 y recientemente fue publicada una biografía de Oliverio escrita por Ricardo Saénz de Tejada.
Aunque pasado el tiempo Oliverio se ha convertido en un símbolo de la lucha estudiantil y popular (la AEU lleva hasta la fecha su nombre y la visita al lugar donde fue asesinado es una visita obligada de la marcha que conmemora la Revolución de 1944 todos los años) es importante decir que había dos tendencias entre los estudiantes comprometidos de aquella época: FRENTE y FERG (Frente Estudiantil Revolucionario Robin García, nombrado así en honor de un estudiante universitario asesinado en julio de 1977) y ambas fueron perseguidas por las fuerzas represivas del Estado.
FRENTE fue la organización que lideró la AEU de 1977 a 1985 abogaba más por la vía electoral y FERG confrontaba al Estado de forma directa. La dinámica del Movimiento Estudiantil de aquella época fue descrita por Virgilio Álvarez en el libro «Conventos, aulas y trincheras».
En 1980 la PNC al mando del Coronel Germán Chupina Barahona y Pedro García Arredondo, quemó la Embajada de España estando dentro los campesinos indígenas que exigían el cese de la represión en El Quiché. Varios estudiantes universitarios organizados en FERG que apoyaban la toma murieron incinerados junto a los campesinos o fueron ejecutados extrajudicialmente en los días posteriores a la matanza.
En el caso de FRENTE, además del asesinato de Oliverio Castañeda y la desaparición de Antonio Ciani, su relevo en el cargo de Secretario General de la AEU, los golpes más fuertes fueron el brutal asesinato de Aura Marina Vides, destacada líder de la Escuela de Trabajo Social, en 1981, y la desaparición forzada de 5 miembros del Comité Ejecutivo Nacional de la AEU en mayo de 1984. Estos últimos, aparecen en el Diario Militar, un registro que sistematiza información de inteligencia militar entre 1983 y 1985, durante el gobierno de facto de Óscar Humberto Mejía Víctores, que contiene un listado de 183 personas que fueron desaparecidas, trasladadas, capturadas e incluso ejecutadas por agentes del Estado.
En relación con el juicio por genocidio seguido contra Efraín Ríos Montt y Mauricio Rodríguez Sánchez y con la represión a los estudiantes universitarios durante el auge del Movimiento Estudiantil, es necesario mencionar algunos hechos relevantes
Si bien el juicio mismo está entrampado en este momento debido a la complicidad entre los abogados defensores de los ex militares y algunos magistrados de la Corte de Constitucionalidad, hay que resaltar que acaba de ser confirmada la sentencia de 70 años de prisión para Pedro García Arredondo (exjefe del Cuerpo de Detectives de la extinta Policía Nacional y uno de los principales implicados en la quema de la Embajada de España en 1980), culpable de la desaparición, en 1981, de Édgar Enrique Sáenz Calito, estudiante de Agronomía de la Universidad de San Carlos.
Sin embargo, otro de los mayores responsables de la desaparición y ejecución extrajudicial de cientos de estudiantes es precisamente Mauricio Rodríguez Sánchez, entonces jefe de la Dirección General de Inteligencia, G2, quien inexplicablemente fue absuelto en primera instancia de los delitos de genocidio y crímenes de lesa humanidad por el Tribunal A de mayor riesgo.
Hay quien dirá que la persecución de líderes estudiantiles, sindicales y populares de las zonas urbanas de Guatemala poco tienen que ver con el genocidio cometido contra el pueblo ixil entre 1982 y 1983. Sin embargo, el momento de mayor represión hacia los pueblos indígenas de Guatemala y hacia los líderes urbanos coinciden, así lo confirman los hallazgos de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala, FAFG, en el cementerio de La Verbena, zona 7 de la ciudad de Guatemala y esta gráfica elaborada por Paul Kobrak para su estudio sobre la organización y represión a la Universidad de San Carlos.
Mientras tanto, la memoria de quienes lucharon por la libertad en Guatemala y fueron cruelmente masacrados, ejecutados, desaparecidos o perseguidos sigue en pie de lucha por que se haga justicia en Guatemala, no únicamente desde los órganos jurídicos, sino desde las estructuras económicas y políticas del país. Ese es el sentido de recordar hoy lo que pasó hace 35 años: garantizar que no se repita y mantener vivo el objetivo por el que miles de personas ofrendaron su vida. Porque como reza uno de los murales pintados por Arnoldo Ramírez Amaya en la Ciudad Universitaria, la revolución no se hace con el culo pegado a un escritorio.
Nota: Este artículo fue publicado en Prensa Comunitaria en mayo del 2013.
Publicado el 22 mayo, 2014 en Guatemala. Añade a favoritos el enlace permanente. 1 comentario.
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