Archivos diarios: 2 abril, 2014
Resistencias y despojos…
Por Patricia Cortez Bendfeldt
A veces las cosas confluyen, o es que siempre han confluido y no lo notamos.
Me invitaron a comentar el libro “resistencias y despojos” en realidad, las historias están más cerca y no necesariamente porque una haya participado o hecho algo al respecto.
Mi primera impresión al ver al grupo de jovencitos estudiantes universitarios que llegaron (seguramente enviados por sus docentes) y en cuyas caras se podía leer que iban a hacer el comentario mega impactante que siempre sale en estas presentaciones.
Ese comentario es “¿acaso no usas oro y joyas?,¿ acaso no tenés teléfono celular inteligente y computadora que tiene cableado de oro?, ¿acaso no usas energía eléctrica? ¿acaso no consumís azúcar y aceite?”, con eso, según ellos, tienen el toro por los cuernos, porque, en realidad, aquí estoy escribiendo en mi computadora con microcircuitos de oro, con el apoyo de la energía eléctrica (cara) y tal vez, comiendo un pastelillo hecho con azúcar nacional y margarina derivada del aceite de palma y bebiendo café sobrepreciado.
El tema no es que no necesitemos ese tipo de “desarrollo” el asunto es que cuando el costo del mismo sobrepasa el valor de las personas, es cuando tenemos un problema.
Al leer sobre el cadáver de un niño de 4 años de rio negro encontrado en la zona militar de Cobán me dieron ganas de apagar la luz y no volver a encenderla, una luz que ha tenido ese precio me llena de sangre las manos a mi también, beneficiada (directa e indirectamente) por la energía sangrienta, porque de eso se trata: un beneficio construido sobre sangre ya no es un beneficio, es una afrenta.
Si bien es cierto, la vida como la conocemos no sería posible sin electricidad, también nos damos cuenta que empujamos al hoyo a los más desprotegidos en comparación con los que si tienen, que nunca pierden.
En el área de la actual plaza magdalena en Coban, se pudo haber hecho un bonito embalse, en realidad, el beneficio que labora allí tiene una pequeña turbina instalada en el río, solo para dar luz a su area, las nuevas propuestas de micro hidroeléctricas que generan comunidades y empresas pequeñas en Alta Verapaz, demuestran que la gente no le teme a la energía a través del agua, a lo que le teme es a la expropiación.
¿Sería lógico tirar un centro comercial ya acreditado para construir un embalse que generara luz para un par de sectores de Cobán? La respuesta que me darán es que sería absurdo por la inversión ya generada en el sector (varios millones de quetzales) pero , pongámoslo en perspectiva: la inversión en Plaza Magdalena no equivale a todo el patrimonio de sus dueños y asociados, es una fracción, la inversión en un parcela campesina equivale a todo el patrimonio de sus dueños y a su única fuente de ingresos, en términos no monetarios, el “valor” de una parcela campesina es mucho mayor que el valor de una plaza comercial cuyos dueños tienen varias propiedades más.
La respuesta del estado a la negativa de las comunidades de entregar su única fuente de supervivencia a cambio de casi nada ha sido desproporcionada, matar a un niño de 4 años para construir una represa nos lleva al extremo imposible de la falta de humanidad y nos pinta de sangre los focos de las ciudades.
¿allí queremos ir? A un lugar de donde no se retorna, del lugar donde el yo prima sobre el bien común.